Por BEN FINLEY
WAVES, Carolina del Norte, EE.UU
AP
La tormenta María se adentró por fin en el Atlántico en dirección al este, dando un respiro a Estados Unidos y el Caribe tras más de un mes de amenaza del clima tropical.
No se registraron heridos al paso de María por el territorio continental estadounidense. El meteoro azotó principalmente al vulnerable archipiélago de los Outer Banks de Carolina del Norte, con olas y aguas crecidas desde ambos lados de las islas.
El agua sobrepasó en ocasiones la única autopista que conecta la isla de Hatteras con el continente, según las autoridades.
En los condados de Dare y Hyde, las autoridades esperaban poder levantar la orden de evacuación de turistas, emitida el lunes a medida que se acercaba la tormenta. Las autoridades municipales dijeron que consultarían con la agencia estatal de transportes antes de reabrir el acceso a las islas Hatteras y Ocracoke.
Más de 10 mil turistas fueron evacuados antes de que la tormenta inundara los médanos y la Ruta estatal 12, el principal acceso a los Outer Banks.
Se esperaba que la situación mejorase con rapidez hoy en los Outer Banks conforme María avanzara el este a gran velocidad, permitiendo reabrir a las escuelas, así como la retirada de arena de las carreteras y la reanudación de los ferrys que conectan la isla de Ocracoke.
El sistema se debilitó a tormenta tropical hoy por la mañana, con vientos sostenidos máximos de cerca de 110 kilómetros (70 millas) por hora, y se esperaba que registrara pocos cambios en los dos próximos días.
El centro de la tormenta se encontraba 440 kilómetros (275 millas) al este-nordeste de cabo Hatteras, en Carolina del Norte, y avanzaba con rumbo este-nordeste a 13 kilómetros (8 millas) por hora.