Por ERIKA KINETZ
SHANGAI
Agencia (AP)
No es un secreto que la mayor parte de los productos de la marca de moda de Ivanka Trump proceden de China. Pero el nombre de las firmas chinas que manufacturan y exportan sus artículos es ahora un secreto más grande que nunca, según determinó una investigación de Associated Press.
Desde que Ivanka Trump se convirtió oficialmente en asesora de su padre, la información pública sobre las firmas que importan a Estados Unidos los productos de su marca se ha vuelto más difícil de encontrar.
Información que antes aparecía de forma rutinaria en datos de rastreo de comercio privado se ha desvanecido, dejando envuelta en misterio la identidad de las compañías implicadas en el 90% de los pedidos. Se sabe incluso menos de sus fabricantes. La marca de Trump, de la que aún es propietaria, declinó revelar esta información.
Esto implica que no está claro con quién hace negocios en China la empresa de Ivanka Trump, al tiempo que ella y su esposo, Jared Kushner, se han revelado como importantes contactos para funcionarios chinos de alto rango en Washington. La falta de información hace difícil comprender si los gobiernos extranjeros podrían utilizar relaciones comerciales para intentar influir en la Casa Blanca y si la empresa de Ivanka Trump puede salir beneficiada de subsidios de gobiernos extranjeros que pueden destruir empleos estadounidenses.
Estas cuestiones son especialmente importantes en China, donde las empresas estatales y subvencionadas por el estado dominan amplios sectores de actividad comercial.
“No sé cuánto dinero está ganando con esto (…). Creo que pone nuestra política comercial en una situación muy incómoda”, comentó Richard Painer, que sirvió como abogado de ética de la Casa Blanca para George W. Bush y participa en una demanda contra el actual presidente, Donald Trump, por supuestas violaciones constitucionales.
Entre las pocas empresas identificadas públicamente que transportaron mercancías de Ivanka Trump a Estados Unidos en el pasado, AP identificó a una que pertenece al gobierno chino y otra seleccionada para subsidios especiales de exportación, lo que según expertos podría suponer una violación de las normas de comercio internacional por parte de China.
La firma de Ivanka no produce directamente sus productos. Subcontrata a compañías que supervisan la producción. AP pidió sus listas de proveedores a la compañía, así como a sus franquicias de moda, calzado y bolsos. Todas declinaron revelarlas.
Abigail Klem, que gestiona la marca Ivanka Trump, dijo que la compañía no contrata a empresas propiedad de estados extranjeros ni se beneficia de los subsidios del gobierno chino. Sin embargo, admitió que sus empresas subcontratadas podrían hacerlo.
“Damos licencias sobre los derechos de nuestra marca a empresas que tienen sus propias cadenas de suministro y redes de distribución”, indicó Klem en un correo electrónico. “La marca recibe comisiones sobre las ventas a mayoristas y no se beneficiaría si una franquicia aumentara su margen de beneficio consiguiendo bienes a menor coste”.
Michael Stone, presidente de Beanstalk, una firma global especializada en franquicias, señaló que unos costes menores de producción para las empresas subcontratadas beneficiaría en definitiva a Ivanka Trump al liberar dinero para marketing o para bajar los precios de venta al público, dos factores que impulsan las ventas. “Cuando más éxito tenga el franquiciado, más éxito tendrá Ivanka Trump”, explicó Stone.