Adolfo Mazariegos
#FortalezaMéxico, una frase que, por obvias razones, se ha hecho popular en los últimos días y que simboliza los deseos de la gente, en distintos países, con respecto al desastre natural que le ha tocado vivir al vecino país en la frontera norte de Guatemala. Las imágenes y las historias contadas reiteradamente han sido por demás elocuentes y conmovedoras. Imposible sentirse indiferente ante tales acontecimientos. Una tragedia que nadie quiere ni espera experimentar y que refleja la fragilidad del ser humano ante los embates de la naturaleza y de los desastres que muchas veces provocamos o contribuimos a agravar. Desde esa perspectiva, vaya desde este sencillo espacio, mi solidaridad y mis mejores deseos para el pueblo mexicano que atraviesa por momentos difíciles y trágicos que estoy seguro lograrán superar, aunque deje esa huella en su memoria y corazón que es inevitable. Ningún país del mundo está libre de vivir en algún momento de su historia (ojalá no) tragedias de ese tipo. ¡Fortaleza México!
Cambio climático: María, Irma, José, etc., fenómenos naturales que han azotado con violencia inusitada -entre otros- a Puerto Rico; Cuba; República Dominicana; Haití; Antigua y Barbuda; territorios franceses en el Caribe como San Martin y San Bartolomé; y territorios continentales como La Florida en Estados Unidos. Días antes, también fuimos testigos de lo que el huracán Harvey ocasionó en Texas, uno de los Estados con mayor extensión territorial de la Unión Americana en donde el poder de la naturaleza fue más que notorio y en donde los destrozos y daños se calcula que ascienden a más de US150 millardos. Con todo eso, aun así existen quienes persisten en aseverar que el cambio climático no es más que un invento, estando a la vista los estragos que está causando por distintas partes del mundo y afectando a millones de seres humanos. Los desastres en los territorios afectados por los huracanes recientes, también son algo lamentable.
Guatemala no es ajena a las tragedias naturales. En Guatemala también se han experimentado los estragos de fenómenos naturales devastadores que arrasan con todo lo que encuentran a su paso, y cuyos nefastos efectos están a la vista. Desde lagunas que se han secado totalmente y que otrora fueron lugares fabulosos como destinos turísticos y fuentes de agua, hasta incendios forestales en los que la misma mano del ser humano pudo ser la causante. Todo ello está afectando a un sinnúmero de seres humanos, animales (y vida vegetal), que muchas veces ni siquiera encuentran una explicación razonable para las inquietudes e interrogantes que los desastres naturales suelen traer consigo una vez que han tocado nuestro entorno y nuestras vidas. Es importante tomar conciencia de ello, y no seguir negando aquello que en ese sentido y en muchos casos, es evidente. El asunto es serio: un mejor entorno y una mejor vida en este planeta en tales circunstancias, depende solamente de la especie humana.