Por Douglas Cuevas
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“Con 20 mil quetzales lo paso a los Estados Unidos”, afirma José Fernández, el nombre ficticio que pondremos al protagonista de este relato, quien lleva ya 12 años llevando a guatemaltecos de “mojados” a los Estados Unidos. Él es un “coyote” como se les conoce popularmente a estas personas.
El amigo de un amigo es su sobrino, accedió a darnos su número telefónico bajo la condición que no publicáramos su nombre verdadero. Tomamos el teléfono y marcamos su número; suenan algunos timbres…cuando de repente una voz ronca, con acento de oriente responde la llamada. Ya sabía que le íbamos a llamar.
“Yo le cuento lo que usted quiera saber, solo no publique mi nombre para no tener problemas. Yo trabajo bien”, fue la advertencia que nos hizo Fernández antes de empezar a revelar los secretos de las personas conocidas como “coyotes”.
Él tenía un trabajo en el que ganaba demasiado poco lo que le hizo aceptar la propuesta de un grupo de amigos que llevaban migrantes sin documentos a los Estados Unidos. “Yo empecé como guía de ellos, era duro y me daba cuenta que a mí me pagaban bien poquito y a ellos les quedaba bastante dinero”, recordó.
Con el tiempo aprendió la ruta de memoria e hizo algunos conocidos en el camino que le facilitaban pasar y decidió tirarse al agua.
“Uno cobra y dependiendo del dinero que le den a uno tiene varias opciones para ir. Por ejemplo, si usted me da a mi Q20 mil yo lo llevo a la frontera y lo meto a los Estados Unidos, si por más de algo lo deportan, yo me lo vuelvo a llevar sin que me dé nada y si lo regresan me lo vuelvo a llevar”. Fernández asegura que le da a sus “clientes” tres oportunidades.
NO TODO EL QUE SE DICE “COYOTE” CONOCE
“De nosotros un 40% somos honrados y trabajamos bien, el otro 60% son los que lo joden a uno”, señala. Por eso aclara que es muy importante no irse con cualquier que le ofrece llegar.
“Cuando busque a un coyote dígale que lo lleve a su casa. Si lo lleva es que es una persona honrada, ahora si le dice que no, téngalo por seguro que ese un ladronote que se va a quedar con su dinero” dice en señal de advertencia.
Asegura que actualmente hacen cobros desde los Q10 mil pero conoce de otros que incluso cobran hasta Q75 mil por un solo intento de ingreso, “si lo deportan se queda sin su dinero”.
También dice que “Hay otro que en el viaje lo manda a usted con otro guía en México” y eso puede ser perjudicial porque “como no hizo el trato con él” le va a pedir más dinero, bajo amenazas de incluso dejarlo botado. “Se puede llegar tal vez pero va a ir bien vacunado por todo el dinero que le sacó” indicó.
LAS MORDIDAS DEL “COYOTE”
Cuando se emprende ese viaje desde que se da el primer paso fuera de su país el migrante tiene que hacer toda una odisea para esquivar a los policías, donde si se tiene el idioma que la mayoría “habla” es muy probable que viaje sin tanto problema: el dinero.
Fernández mete a sus migrantes en carros particulares y al momento de llegar en cada control el mensaje tiende a ser el mismo “mil por cabeza”. Recuerda que son cerca de 7 rondas de sobornos los que deben de dar a la policía mexicana para evitar problemas.
Por la ruta de Fernández en los 12 años que tiene siendo un “coyote” no ha tenido problemas con el narcotráfico, por el contrario, hay rutas que son fáciles de pasar para ellos porque ni siquiera las autoridades fronterizas se atreven a entrar por miedo a salir “balaceados” indica.
El entrevistado aconseja a no irse con cualquiera que le prometa el cielo y las estrellas, “es mejor tener un conocido…el trabajo de coyote no es fácil, cuando se trabaja cuidando a su gente”, resaltó.
SUEÑOS QUE SE TRANSFORMAN EN DEUDAS
Organizaciones sociales en Guatemala que velan por las comunidades de migrantes aseguran que hoy en día es más complejo adquirir los “servicios” de los coyotes, porque muchas veces son personas que no cuentan con la experiencia y tan solo se quedan con el dinero de las personas.
Julia González, directora ejecutiva de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala (Menamig) aseguró que una de las principales recomendaciones que dan a la comunidad que tiene pensado viajar, es informarse muy bien antes de hacerlo.
“Nosotros abogamos por una migración informada sobre sus derechos y los riesgos. Deben saber dónde hay alberges en el paso de tránsito” resalto González, quien señaló que mantienen en diferentes radios comunitarias del país una campaña para prevenir la explotación sexual en migrantes.
“7 de cada 10 mujeres (migrantes) son víctimas de violencia sexual, toda la población que viaja de manera irregular es vulnerable” advierte.
Por su parte el coordinador de la Casa del Migrante, el padre Mauro Verzeletti, coincidió en que una población migrante bien informada es vital para evitar que en ese recorrido de varios días se vean afectados por criminales, incluidos aquellos falsos coyotes.
“Nos enfocamos primeramente en los conocimientos que debe de tener la persona en sus derechos fundamentales, derechos que deben de ser respetados por las autoridades migratorias, de Estados Unidos y por los mismos coyotes”, señaló el religioso.
Verzeletti considera que en la actualidad un aparato electrónico, para estar conectado a las redes sociales, es vital en caso de que el migrante sea abandonado.