Raymond J. Wennier

El miedo es una emoción; ¿Cuáles son las consecuencias de sentir esa emoción para los alumnos en su proceso de aprendizaje?

Vamos a ver. Según yo, el miedo es una emoción producida por lo desconocido y es provocado en las personas directamente por fuerzas externas que no pueden controlar. La mente empieza a imaginar varios escenarios, ya sean reales o no, que afectan de inmediato. El miedo es la causa de un desbalance o desequilibrio corporal-mental en el individuo y por lo tanto, su comportamiento cambia hacia uno defensivo, no racional; dicho en otra forma, la mente es activada únicamente en el modo de sobrevivencia o sea el cerebro reptiliano que es el más primitivo y que en situaciones de miedo toma control del cuerpo del individuo.

Hay tres reacciones cuando una persona siente miedo. Una, es prepararse para pelear (fight) contra esa fuerza desconocida. Dos, la imaginación pone a esa fuerza externa tan grande y peligrosa que la persona decide mejor huir (flight) y una tercera forma es reaccionar quedándose estática (freeze) como una estatua sin decidir cómo responder porque de todos modos no puede hacer algo para protegerse del monstruo, el miedo, esa fuerza externa que la paraliza.

La respuesta del cuerpo en esas tres situaciones puede ser que aumente la presión sanguínea y del corazón y que los músculos se preparen para una acción rápida.

Aristóteles habló sobre el miedo diciendo que es “lo opuesto a la confianza” y dijo que las respuestas del cuerpo incluyen, además, sudor y temblor. Daniel Goleman usa otros ejemplos, pero el concepto es el mismo, hay una reacción de desequilibrio en el cuerpo y en la mente, entre la sobrevivencia y lo racional, manejado este último por el cerebro pensante.

¿Qué pasa con muchos alumnos en la escuela cuando sienten miedo? ¿De dónde surge ese miedo?

Me parece que el mayor miedo es producido por los exámenes académicos, sean parciales, finales o estandarizados. Un ejemplo que puede explicarlo es “Tengo miedo del examen. Si no ganó…” Hay dos emociones, además del miedo al fracaso; son la ansiedad del castigo de los maestros dándoles una mala calificación y el enojo de los padres que los castigan también. Son tres niveles de castigo, primero, el mismo alumno se dice “no soy bueno, no soy inteligente”; segundo, es la mala calificación que afecta futuras oportunidades de educación postsecundaria y el tercero, es el de los padres de familia quitándoles privilegios como ver televisión, jugar con equipo digital, salir con sus amigos, entre otros.

De nuevo hablamos de un desequilibrio o desbalance que causa cambios en el comportamiento de la persona, en casa y en la escuela. No hay motivación, no pone atención en el aula por la ansiedad de pensar en qué contenido vendrá en el examen y cómo lo va a pasar. Los alumnos están de mal humor.

Opino que los exámenes estandarizados son una especie de violencia hacia el alumno, son la fuerza externa por el desconocimiento de su contenido; provoca miedo en muchos de ellos incontrolable porque saben que es una exigencia del sistema y temen las consecuencias. Sufren un desbalance corporal-mental, un desequilibrio que les dificulta el aprendizaje de cómo manejar sus emociones y el verdadero aprendizaje de su proceso educativo.

Hay que evitar que el miedo se vuelva una memoria traumática.

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