Por ARITZ PARRA y LORI HINNANT
MADRID
AP

La investigación de los ataques que dejaron 16 muertos en Barcelona y una localidad vecina busca conexiones internacionales a medida que la policía reconstruye el rompecabezas de quién los ordenó y cómo. Las pistas incluyen un viaje relámpago a París y pasajes de avión a Bruselas.

En el centro de la investigación se encuentra además el misterioso imam itinerante, Abdelbaki Es Satty, que pasó del tráfico de personas y drogas a predicar la yihad en secreto a jóvenes musulmanes en el noreste de España.

Nunca se le vinculó con el extremismo de forma directa, pero había aparecido en el radar de las autoridades en varias ocasiones e incluso pasó nueve meses en una prisión, vigilado dentro de un programa contra la radicalización. Poco después de quedar libre, Es Satty se las arregló para formar un grupo de hasta nueve hermanos y amigos de infancia dispuestos a morir por su causa y a guardarle el secreto.

Además de los 16 fallecidos, más de 120 personas resultaron heridas en los ataques que luego reivindicó el grupo Estado Islámico. Las autoridades dicen que la célula en España ha quedado desmantelada puesto que sus miembros murieron o fueron detenidos, pero ahora intentan desentrañar cómo se pudieron organizar sin levantar sospechas.

“No se ha tratado de un atentado organizado por el comando central de Daesh”, dijo al diario ABC recientemente el ministro español de interior, Juan Ignacio Zoido, utilizando otro de los nombres del grupo Estado Islámico. “Pero sí ha estado guiado desde fuera”.

Una persona cercana a la investigación -que pidió el anonimato por no estar autorizada a discutir detalles- dijo a The Associated Press que la célula en España solo se comunicaba cara a cara, nunca por internet, ni a través de programas de mensajes encriptados como Telegram.

El fin de semana anterior a los ataques algunos de sus miembros realizaron un viaje de 9 horas por carretera hasta Malakoff, un suburbio en el interior del anillo parisino, donde pasaron una sola noche. Compraron una cámara fotográfica antes de regresar de nuevo a bordo del Audi A3 utilizado en el ataque de Cambrils.

Tanto España como Francia investigan ahora qué necesitaba el grupo en Francia que no podía aprender bien sea por internet, los unos de los otros, o del propio imam.

Cuatro días después de su regreso, el 16 de agosto, el propio Es Satty falleció tras cometer un error en su taller de fabricación de explosivos, lo cual frustró el plan inicial de atentar en monumentos turísticos y religiosos de Barcelona.

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