Gladys Monterroso

Aunque pueda parecer una utopía, es necesario tratar de cambiar la situación en que vivimos que ya llega al límite; el biólogo francés y monje budista Matthieu Ricard, sostiene que la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que terminan por agotamiento, sino una forma de ser. Y si es así, ¿no deberían nuestros hijos aprender a ser felices, y también a ser buenos? Según el estudioso uno de los grandes problemas del individuo es el EGOÍSMO, siendo un sentimiento negativo en la mente de la persona, el que se va cultivando y que no le permite ver al prójimo como a un ser humano, el científico ha realizado una investigación de la neurociencia contemplativa, lo que le ha llevado a concluir que la compasión no debemos analizarla solamente como objeto de estudio en lo interno del ser humano, sino como la “Conciencia de la Ciencia” que vele por el bien de la misma en todas sus aplicaciones; por ejemplo los descubrimientos que el hombre realiza bien puede utilizarlos para hacer el bien o el mal, porque según él somos interdependientes de la sociedad en que vivimos, por lo tanto debemos transformarnos en una sociedad más compasiva, para evitar que los descubrimientos sean utilizados por el ser humano para su autodestrucción.
Es muy interesante como nos da una lección de transformación de nuestros propios sentimientos para lograr lo que llama “Libertad Interior”, la que define como eliminar los sentimientos negativos, como egoísmo, odio, celos arrogancia, que nos hacen seres viles, pone como ejemplo y tiene mucha razón la actual crisis financiera que vive la sociedad en general, esta crisis no existiría si el ser humano no fuera en exceso codicioso.
La tierra cuenta con muchas riquezas naturales que el individuo no ha sabido valorar, lo que ha llevado a ver en las noticias escenas dantescas, ya sea producto directo de la mano del hombre, o producto indirecto, producto directo es el terrorismo en general, producto indirecto es el que por intereses personales o de grupo, se destruyan riquezas naturales que lo único que traen a la humanidad son catástrofes, porque la tierra está viva y se resiente, y reacciona llevando a los países a situaciones límite.
Ricard plantea que la solución más viable se encuentra en la educación, ya que debemos convertir a los niños y jóvenes en seres humanos buenos, asegura que no basta llenar el cerebro con estudios e información, si no se desarrolla en ellos calidad humana, debemos dar contenidos académicos y humanos, porque de otra forma lo único que estamos formando son herramientas de inteligencia y tecnología, que sin una base sólida con sentimientos positivos, pueden ser utilizados para el mal, las herramientas que menciona son diversas, y se deben inculcar tanto en el hogar como en los centros educativos.
En el viaje en búsqueda de la compasión para mejorar la convivencia, se menciona a Herberth Spencer, quien dijo “Al débil y entupido de la raza se le debe dejar morir, de modo que el fuerte pueda sobrevivir y la raza humana fortalecerse”. Este pensamiento fue desechado, pero sirvió para el exterminio de millones de personas ¿Cuántos guatemaltecos no han actuado bajo esta premisa?
Se hace necesario incorporar la compasión no solo como objeto de estudio, hay que darle el lugar que desde hace más de 20,000 años en la tradición Bon tibetana tenía, grandes maestros ya transmitían, y dejar muy claro que la compasión es la Conciencia de la Ciencia, que debe velar por la buena aplicación de esta en todas sus manifestaciones, no es posible que sigamos basando todo en lo material, principalmente el dinero. Hay que profundizar en el ser y en el sentir. Debemos enfocarnos en la serenidad, la armonía y la compasión hacia todo y todos.

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