Por ERIC NÚÑEZ
LONDRES
AGENCIA/AP
En teoría, el libreto del último Mundial de atletismo con la presencia de Usain Bolt era factible y atractivo.
El icono de Jamaica se retiraría triunfal en los 100 metros. Wayde van Niekerk, su supuesto heredero, haría historia con un doblete. El Estadio Olímpico de Londres sería sede de una vibrante justa.
No ha sido así, y tal vez ha llegado el momento de que el atletismo deje de fantasear con la idea de que el “próximo Bolt” aparecerá por arte de magia.
La gloriosa despedida que anhelaba Bolt quedó truncada cuando terminó tercero al ser superado por Justin Gatlin en los 100, y luego el público londinense se cebó con el estadounidense —hombre con dos suspensiones por dopaje en su hoja de vida— al darle abucheos monumentales, inclusive en su ceremonia de premiación.
Van Niekerk emergió victorioso en los 400, la prueba en la que el sudafricano batió el récord mundial el año pasado. Pero el señalado para suceder a Bolt como la nueva estrella del deporte no encandiló en su triunfo, empañado por la ausencia de su máximo rival, Isaac Makwala, a quien se le impide entrar al estadio al declarársele en cuarentena por un virus estomacal.
No faltaron las suspicacias sobre si, tras bambalinas, hubo un complot para facilitar la victoria de Van Niekerk. Todo se resolvió con permitirle al botsuano, ya recuperado, que corriera dos eliminatorias en un mismo día para entrar a la final.
Llegó la noche de la final, pero ninguno de los dos principales favoritos acabó como ganador: Van Niekerk cerró segundo gracias a la foto y un agotado Makwala se hundió en el sexto puesto.
El nuevo campeón se llama Ramil Guliyev, casi que un desconocido, alguien que finalizó último cuando Bolt ganó la final de los 200 en los Juegos Olímpicos del año pasado.
Con 27 años, nació en Azerbaiyán y ahora representa a Turquía. Su tiempo fue 20.09, el cuarto más lento de un medallista de oro en la historia de los mundiales. Como referencia, Bolt subió a lo más alto del podio en Río con un registro de 19.78.
“Quizás en la próxima competición, todo el mundo estará pendiente de mí”, dijo Guliyev.
Eso es poco probable y ello encierra la encrucijada que afronta el atletismo en la era post Bolt.
Durante una semana con éxito de taquilla en el estadio pero con un desfavorable clima invernal y marcas mediocres, Sebastian Coe se ha esforzado en poner buena cara ante los cuestionamientos y los malos augurios para el deporte del cual es su máximo dirigente.
“Rara vez se consigue el guión perfecto en el deporte. La vida no es así”, afirmó el presidente de la Federación Internacional de Atletismo.
No hay otro camino que dejar todo siga su curso natural. Después de todo, la irrupción de Bolt fue espontánea.
Van Niekerk, quien no pudo convertirse en el primero desde Michael Johnson en 1995 en conseguir el doblete de 200-400 en el Mundial, reconoció que el peso de las expectativas fue exasperante.
«He entendido que esto no será ningún paseo”, dijo Van Niekerk, de 25 años.
Rara vez se consigue el guión perfecto en el deporte. La vida no es así.
Sebastian Coe, presidente de la Federación Internacional de Atletismo.