Por ENRIQUE LOPETEGUI
SAN ANTONIO / Agencia AP

«Fue algo increíble», dijo a The Associated Press Mary Tuma, editora de noticias del semanario Austin Chronicle, de la capital de Texas, y quien estuvo presente en el Senado estatal el día que Davis, luciendo un traje claro y zapatillas rosadas, se proyectó a la escena nacional con una quijotesca maniobra para tratar de impedir la aprobación de un proyecto de ley que restringía el derecho al aborto. «En una sesión legislativa a sala llena, dentro y fuera del recinto, y con gente siguiendo la sesión por internet y las redes sociales, Davis estuvo fantástica y mostró una gran resistencia por 11 horas pese a que los republicanos intentaban interrumpirla».

Usando tácticas dilatorias, Davis logró frenar momentáneamente el proyecto, que semanas después sería aprobado, y obtuvo una victoria política personal tan resonante que a los pocos meses se postuló a la gobernación del estado y ganó las internas demócratas, aprovechando su imagen de figura combativa, defensora de los derechos de la mujer, y criticando incesantemente a su rival republicano, el procurador general Greg Abbott.

_Inter16_1bPor momentos dio la impresión de que podría salir airosa en un estado que vota por los republicanos desde 1990 y donde ningún candidato demócrata a la presidencia gana desde 1976. Davis fue acortando la distancia que la separaba de Abbot, que llegó a ser de 18 puntos porcentuales, pero a menos de un mes de los comicios todavía está a nueve puntos y predomina la sensación de que necesitaría una improbable «tormenta perfecta» para triunfar en la votación.

Numerosos analistas y el Comité de Acción Política Battleground Texas, fundado en 2013 por Jeremy Bird (director de la campaña de Barack Obama en 2012), dicen que si todos los hispanos y las mujeres registrados para votar, lo hacen, los demócratas recuperarán el estado.

Texas, sin embargo, es un estado particular, en el que el apoyo hispano a los demócratas no es tan masivo como en el resto del país y donde poca gente vota. Según una encuesta de Gallup publicada este año, mientras que en todo el país los hispanos apoyan a los demócratas por un margen de 30 puntos, en Texas esa diferencia es de solo 19 puntos. Y según Latino Decisions, una organización sin afiliación partidaria que se especializa en encuestas de opinión, el 61% de los hispanos habilitados para votar en Texas en 2012 se quedaron en sus casas.

Un informe publicado en 2013 por la Conferencia Nacional de Ciudadanos y el Instituto Annette Strauss para la Vida Cívica (de la Universidad de Texas en Austin), por otro lado, concluyó que Texas es el estado del país donde menos se vota.

«El problema del voto hispano es la apatía y hay mucha gente trabajando para cambiar eso», expresó a AP Claudia Ortega-Hogue, directora regional de NALEO (la Asociación Nacional de Autoridades Latinas Electas y Nombradas) basada en Austin. «Para estas elecciones (NALEO) espera que 1.2 millones de latinos participen en Texas, un incremento de 200 mil personas en comparación al 2010».

Los demócratas han movilizado 31 mil voluntarios para tratar de sacar a la gente a votar.

«En las últimas semanas (Davis) se ha puesto muy agresiva y parece que la estrategia le dio resultado», dijo a AP Gilbert García, columnista del diario de San Antonio Express-News. «Pero (nueve) puntos todavía es un amplio margen. (Davis) Tiene chances de ganar, pero es una chance muy pequeña considerando lo republicano que es el estado».

Davis está a favor de la expansión del Medicaid (el servicio de salud gubernamental para personas y familias de bajos ingresos), el pago igualitario entre los sexos, el aumento del sueldo mínimo y diseñó leyes que no solamente protegen a las víctimas de la violencia doméstica, sino que extendió leyes de protección a las mascotas que viven en hogares abusivos. Favorece una mayor inversión estatal en la educación y prometió fondos para asegurar enseñanza pre-escolar a todos los niños del estado, así como una reducción en los costos universitarios mediante la duplicación de secundarias que ofrecen créditos universitarios.

Se mostró a favor de que los niños migrantes centroamericanos detenidos en Texas y sus madres reciban atención legal apropiada y planteó que hacen falta más jueces «que examinen caso por caso» y decidan si los menores se exponen a enfrentar «una situación poco segura» si son enviados de vuelta a sus países.

Pero su gran caballo de batalla fue su oposición a las restricciones a los servicios de salud femeninos que provocaron el cierre de 13 clínicas que ofrecen abortos en el estado. A principios de octubre la Corte Suprema Federal ordenó a Texas que no aplicara partes de la ley HB 2 (la «ley del aborto de Texas»), lo que permitió -al menos temporalmente- la reapertura de unas 12 clínicas, varias de las cuales comenzaron a trabajar para volver a funcionar.

«La corte reconoció que estas decisiones tan personales deben ser tomadas por una mujer con la guía de su familia y su médico», indicó Davis en un comunicado. «Mientras políticos como Greg Abbott apoyan que el aborto sea ilegal en casos de violación e incesto, doy las gracias de que las mujeres puedan tomar sus propias decisiones».

Un tema que preocupa a la campaña de Davis, una rubia de 51 años que parece más joven, es que no logró sacar provecho de dos debates con Abbott.

«El problema con Davis es que, luego de convertirse en algo así como una estrella del rock, se esperaba más de ella en los debates», dijo García. «Pero (la candidata demócrata a vicegobernadora) Leticia Van de Putte demostró ser más dinámica que ella en la campaña».

Van de Putte, una hispana que se enfrenta al senador republicano Dan Patrick, se mostró vigorosa, espontánea y mirando directamente a la cámara, mientras que Davis dio la impresión de limitarse a memorizar un libreto y, sobre todo en el primer debate, miró más a los panelistas que a los televidentes.

Davis se ilusiona con repetir la epopeya de Ann Richards en 1990, en que la candidata demócrata venció al republicano Clayton Williams en un estado que se había volcado hacia los republicanos desde el triunfo de Reagan ante Gerald Ford en las primarias republicanas con miras a las elecciones presidenciales de 1976. Ningún demócrata ganó la gobernación de Texas desde entonces.

El triunfo de Richards, por otro lado, fue ayudado por una broma de mal gusto de Williams, quien sugirió que las víctimas de violaciones deberían «relajarse y disfrutar».

«No creo que (Abbott) se autodestruya como lo hizo Williams», agregó García. «(Williams) era un ricachón petrolero sin experiencia en campañas políticas y lo suyo fue muy pobre. A juzgar por los dos debates, Abbott está siendo muy cuidadoso y ha podido mantener una buena ventaja».

Davis, no obstante, dijo a la AP que en 1990 «el público subestimó el entusiasmo de los votantes en todo el estado» y que «lo mismo va a pasar en esta elección. He viajado por todo el estado y donde sea que voy, siento el entusiasmo de los votantes. Eso se va a notar el día de la elección».

Incluso perdiendo, Davis probablemente haya cambiado el mapa electoral de Texas.

«Davis logró entusiasmar y consolidar una base demócrata, especialmente entre las mujeres, muchas de las cuales se decidieron a participar de política y, en muchos casos, postularse a una oficina pública», afirmó la editora Tuma. «Gane o pierda, quizás ése sea su mayor legado».


¿Sin tabúes o sin gusto? Blogueros entran en campaña

Por Johannes Schmitt-Tegge
Washington / Agencia AP

Las elecciones al Congreso en Estados Unidos ya no sólo se ganan en las calles o recorriendo puerta a puerta las casas de los electores: los blogueros y columnistas también influyen, y con fuerza, en la opinión pública estadounidense, y no siempre sin controversia.

Es el caso de la nueva web del portal político «Breitbart News», que atrae a los lectores con un atrevido reclamo: la cabeza de Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes y la política considerada más poderosa del país, se sacude lascivamente sobre el cuerpo casi desnudo de la estrella del pop Miley Cyrus.

Detrás se sitúa el gobernador demócrata de California, Jerry Brown, también en un fotomontaje en el que aparece como bodybuilder mostrando el torso descubierto y sus trabajados músculos.

El conservador Andrew Breitbart, que fundó la web en 2005, define su trabajo como «periodismo sin tabúes» y considera normales los duros ataques contra opositores políticos. Una opinión que no comparte Pelosi, que calificó el montaje como «de mal gusto».

Pero tanto ella como sus compañeros de partido demócrata, así como los republicanos, deben contar con una escalada del tono, y también de las imágenes en la red, en los días que quedan hasta las elecciones del próximo 4 de noviembre.

«Breitbart News» es una de las diez webs políticas más importantes del país, según datos del servicio de análisis Alexa. Y muchas de esas influyentes webs se suscriben al campo conservador.

Sin embargo lidera el rangking Arianna Huffington, declarada por la revista «Forbes» en 2009 una de las columnistas «liberales» más influyentes. «Liberal» en un término no equiparable al sentido de liberalismo económico, sino más bien equivalente a lo que representarían los socialdemócrata en Europa, aunque en Estados Unidos el espectro entre la derecha y la izquierda no es equiparable al de otros países.

Huffington ya ha logrado un fuerte impulso para la «izquierda» con ayuda del «Huffington Post» y ya impulsó al demócrata Barack Obama en su primera campaña electoral. Aunque su retórica no sea tan sensacionalista, es cierto que el «HuffPo» renuncia, como muchas otras webs, a realizar una clara separación de información y opinión para enfocar los hechos en una determinada dirección. Ya la elección de temas desempeña un importante papel. La Wikipedia define lo que hace como «advocacy journalism», algo así como un periodismo en defensa de una idea.

Distinto es Matt Druge, cuyo «Drudge Report» no logra entrar por muy poco en la cumbre de las webs políticas más visitadas. Pero desde que sacara a la luz en 1998 el escándalo Lewinsky del ex presidente Bill Clinton, la lucha diaria por la atención política en el país es difícil de imaginar sin él. «Los Angeles Times» lo califica como un «combatiente conservador» mientras «The New York Times» lo define como alguien que «remueve la suciedad».

Aunque hoy en día Drugde trabaja más con contras webs de noticias que en la suya propia, lo cierto es que su «News Agrregator» es capaz de colocar determinados temas en primer plano o hacer que otros pasen desapercibidos.

Por ejemplo, la revista de izquierda «New Republic» acusa a este escéptico climático de vincular informaciones sobre un tiempo desacostumbradamente frío junto con otras que cuestionan el cambio climático. Como si durante la proyección de una película se iluminaran de repente imágenes de palomitas y limonada, señala la revista.

El presentador de radio Alex Jones ha utilizado la lucha por colocar en el primer plano la información y la opinión para bautizar su propia web. Utiliza su «Infowars.com» (algo así como guerra de la información) entre otras cosas para abogar por una ley más laxa sobre las armas en el país o para difundir una petición online en la que exige la «deportación» del moderador de la CNN Piers Morgan por defender una ley más dura al respecto.

El resultado: Jones fue invitado a un programa de Morgan, donde se pasó largo rato gritando al moderador. «Estoy aquí para decirle: ¡el año 1776 (el de la independencia estadounidense) volverá a comenzar si usted intenta quitarnos las armas! ¡No importa a cuántas ovejas saque a la calle y las haga suplicar que dejen las armas! ¡No las dejaremos!».

Para sus opositores políticos del «Huffington Post», la entrevista dejó al menos unas cosas claras: que Jones es un tremendo defensor de una ley de armas libre y que no será la última vez que monte un espectáculo para conseguirla.

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