Por Alberto Bravo
Madrid
AGENCIA/dpa
El futbolista español Fernando Torres amplió por un año su contrato con el Atlético de Madrid para jurar amor eterno al que siempre fue su club. Pero la cuestión es: ¿le hubieran ofrecido la renovación de no existir la sanción de FIFA?
Es algo que difícilmente se sabrá, aunque lo cierto es que desde enero la prensa española especuló con la opción de que 2017 fuera el último año de la leyenda rojiblanca porque, según aseguraron los medios, el técnico argentino Diego Simeone no lo quería en el equipo.
Pero si así hubiera sido, la FIFA intervino a favor de Torres al decidir la prohibición al Atlético de inscribir futbolistas hasta enero por irregularidades en la contratación de jugadores menores de edad, sanción ratificada en junio por la Corte Arbitral del Deporte (CAS).
Simeone pidió al final de la pasada temporada mejores fichajes «para poder competir» con los mejores, pero la FIFA truncó inicialmente esos planes. No obstante, la prensa da por hechos los fichajes de los internacionales españoles Diego Costa y Vitolo, aunque éstos no podrían jugar hasta enero.
Hasta entonces, el Atlético debía «sobrevivir» con lo que tuviera. Y, para mayor complicación, en los últimos días trascendió una lesión de pubis del delantero francés Kevin Gameiro, quien probablemente no podrá jugar hasta septiembre.
Todos los astros se alinearon para que a sus 33 años, y ya no tan «niño», Torres renovara por una temporada con el Atlético, según anunció el club rojiblanco anoche.
«Estoy muy feliz por seguir un año más juntos», fue todo lo que dijo Torres al respecto de su continuidad. Un mensaje no demasiado efusivo para un hombre que lleva respirando aire rojiblanco desde los 11 años.
Su estancia en la Premier League entre 2007 y 2014, repartidos entre Liverpool y Chelsea, más un breve paso por el Milan, no mermaron el tremendo afecto existente entre futbolista e hinchas. Al contrario. No hay jugador más querido en la grada rojiblanca que Torres. Y eso que su último año apenas arrojó unas estadísticas de 10 goles en 45 partidos. Pero los afectos siempre están por encima de los números.
Torres vestirá de rojiblanco una temporada más tras renunciar a posibilidades más exóticas, aunque más millonarias, como podrían ser China o Estados Unidos. Lo hace porque siente como pocos unos colores, los rojiblancos, algo que contrasta con la frialdad de su anuncio de renovación.
Más allá de los motivos que llevaron a los dirigentes atléticos a aceptar su continuidad, ahora el delantero madrileño tendrá una gran oportunidad de inicio de demostrar que todavía no está en el mayor ocaso de su carrera. Al menos hasta enero no tendrá demasiada competencia.