Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Claro que Guatemala tiene cosas positivas como los migrantes que no se dan por vencidos, empresarios que luchan por hacer las cosas de manera honrada, trabajadores de clase media que se mantienen del lado correcto de la vida aunque la ansiedad por pagar las cuentas sea cada vez mayor, personas esforzadas que madrugan para tomar un bus (sí, esas carcachas de la muerte producto de un pacto perverso entre políticos y empresarios) y aportar con mucho esfuerzo y dedicación al desarrollo del país, sin olvidar a los jornaleros que ante la falta de preparación académica se han convertido en verdaderos profesionales en lo que hacen, aunque su futuro sea limitado.

Pero eso no quiere decir que debamos adoptar una postura de que “somos un país pujante” porque la Municipalidad de Guatemala está autorizando tres y cuatro edificios cada dos meses, de más de 20 niveles, puesto que nadie ha negado que en Guatemala las oportunidades están concentradas en unos pocos y la realidad que vivimos en algunas zonas del país no es representativa de lo que pasa con más del 80% de la población. No se puede medir la riqueza del país o el desarrollo de la gente por los edificios que se autorizan.

Dice el Alcalde capitalino que la obra física no avanza “porque tenemos problemas para acondicionar la inversión en infraestructura” quejándose de la legislación, pero hay que matizar dos puntos importantes: uno, Arzú y su gente, incluidos Musella, Guzmán y abogados contratados para el efecto, han sido especialistas en encontrar vericuetos a la ley (tal y como pasó con la privatización de Guatel y los fideicomisos) y ahora, como hay procesos abiertos, entonces dicen que nos fuimos al otro extremo.

Y segundo, es importante recordar que el Alcalde tiene un hijo diputado y es conveniente que nos cuente qué ha presentado o qué está trabajando su partido para reformar ese sistema del que él se queja y con razón. Dijeron, en ese evento de Expocasa, el jefe edil y el presidente Morales, que ellos apoyan la lucha contra la corrupción, pero que se fue la mano; como ahora hay riesgo de cárcel se siente un exceso.

El dueño del Palacio de la Loba recogió unas palabras del expresidente del CACIF al que usaron para liderar el bloqueo de las reformas al sector justicia, porque al fin y al cabo, a muchos les conviene seguir teniendo una justicia cooptada.

El Alcalde se queja de la arbitrariedad, pero en su MUNI también pasa y yo he comentado el caso en el que Álvaro Hugo Rodas pidió, en su calidad de Jefe de Obras, la donación de una porción de tierra para conectar zona 12 y 13 como condición para un permiso, pero cuando por acceso a la información se le preguntó que cuál era esa obra, contestó que no era de ellos sino una obra privada y al día de hoy, el permiso no ha sido otorgado porque el vecino no cedió la tierra.

Dice el Alcalde que los “profetas de las calamidades que con tal de vender su producto vaticinan toda clase de desastres en el país”, pero no quedó claro si se refiere a Amílcar Montejo o a quiénes en la prensa, porque ahora el hombre de la PMT hasta anuncia tráfico aéreo con tal de seguir siendo seguido por miles.

Pero como estamos en época de trabajar juntos, yo invito al Alcalde Arzú a que lo hagamos en uno o los dos temas siguientes: reformar el sistema electoral (para quitar el monopolio a los partidos para llevar diputados, crear distritos pequeños y eliminar los listados) y/o para reformar todo el sistema de compras, adquisiciones, adjudicaciones, incluyendo una reforma profunda de la Contraloría de Cuentas.

Sin duda tenemos muchas diferencias, pero si de verdad queremos un país mejor, una ciudad del futuro, no nos quedará más que encontrar las formas en que conjuntamente podamos incidir en los vicios que tiene el sistema. Usted tiene la palabra señor Alcalde.

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