POR KIMBERLY LÓPEZ
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Con una alta demanda, desproporción entre la cantidad de pacientes y los recursos para atenderlos, problemas de higiene, abastecimiento y de movilización, funciona de forma ininterrumpida el Hospital San Juan de Dios, el segundo más grande del país.
El presupuesto asignado para su funcionamiento fue en años anteriores una limitante para asegurar una buena atención a los usuarios. Este año los recursos han sido trasladados a tiempo, pero todavía hay grandes obstáculos para resolver las deficiencias de este centro hospitalario.
Es martes y la fila para ingresar al hospital da vuelta a la cuadra: es día de visita. La cantidad de personas que esperan en la puerta lateral del hospital son familiares o conocidas de algunos pacientes internados. Una vez comienza el horario de visita, las personas ingresan por montones, pero a unos pasos de la entrada los detiene un inconveniente: varios de los elevadores no funcionan.
Los visitantes optan por caminar, en vista de que los únicos dos ascensores que funcionan están saturados. En uno de estos hacen fila los estudiantes de medicina que llegan a cubrir su turno y en el otro varias camillas esperan para trasladar pacientes.
Desde el ingreso se hace evidente uno de los problemas recurrentes que, según el actual director Juan Antonio Villeda, afectan el servicio que presta el hospital. Solo dos de los trece ascensores instalados están funcionando, confirma uno de los estudiantes que espera hacer uso del elevador.
Adquirir 13 elevadores con las especificaciones y dimensiones apropiadas costaría entre Q11 y 16 millones, según el portal Guatecompras, pero a pesar de que el hospital cuenta con el presupuesto, a más de seis meses de haberse averiado, los ascensores no han podido ser sustituidos por unos nuevos debido a las dificultades en el proceso de compras.
El jueves 8 de junio de 2017 la junta de licitación designada para calificar el evento para la adquisición, instalación y puesta en funcionamiento de los 13 elevadores para el hospital resolvió “abstenerse de analizar, calificar y adjudicar las ofertas presentadas”. El argumento fue que no contaban con el precio de referencia requerido, según la Ley de Contrataciones del Estado.
Desde abril, el hospital solicitó al Instituto Nacional de Estadística (INE) que le proporcionara los precios de referencia, pero no obtuvo respuesta. A raíz de eso, tuvieron que buscarlos por su cuenta y tampoco obtuvieron información de las empresas consultadas.
Debido a que las adquisiciones de las instituciones públicas son susceptibles de anomalías, especialmente en el Ministerio de Salud Pública, el Decreto 57-92, Ley de Contrataciones del Estado, contiene una serie de requisitos que cumplir, lo que incide en que, para cotizaciones y licitaciones, se tengan que realizar en promedio 50 actividades (pasos) por proceso, las que además de generar un documento o una acción en Guatecompras, deben apegarse a los plazos establecidos en dicha regulación. Es la causa principal por la cual el nivel de abastecimiento del hospital San Juan de Dios no ha mostrado mejoras, indica Villeda.
ABASTECIMIENTO EN RIESGO
Hasta ahora, el hospital con el nivel más bajo de abastecimiento es el San Juan de Dios.
En un recorrido por las bodegas de almacenamiento e insumos del hospital, se pudo corroborar que, aunque algunas de las estanterías parecen estar llenas, en realidad, no están lo suficientemente abastecidas para la población del hospital, que supera los mil pacientes.
El personal a cargo de las bodegas comentó que en caso de una emergencia que involucre a muchas personas, por ejemplo, un choque de autobús o una situación similar, los insumos básicos como los guantes quedarían agotados de forma inmediata. “Parece mucho, pero no es suficiente”, comentaron.
Los hospitales que tienen niveles de abastecimiento abajo del 80 por ciento son los de: Jutiapa, Jalapa, Rodolfo Robles, Retalhuleu, Cobán y, con el porcentaje más bajo, el Hospital San Juan de Dios.
Según el director del centro, la razón es que la ley no se ajusta al gasto contingente en salud.
“Para un evento de cotización o licitación se requieren no menos de 50 pasos, con participación de muchos actores. En tiempos óptimos, un evento de cotización dura 100 días hábiles y uno de licitación, 140. Adicional a eso, en el hospital se necesitan más de 100 eventos de cotización y 30 de licitación anuales, con seis personas a cargo de esto y más”, explica.
EL HOSPITAL MÁS SUCIO DEL PAÍS
A unos pasos de los ascensores empieza a ser visible el estado de las salas, pasillos y servicios del hospital. Se observan bancas llenas de pacientes a la espera de ser atendidos, personal de enfermería ocupándose de las labores técnicas, médicos caminado a paso acelerado.
En medio de ese ritmo de trabajo, mascarillas, guantes, gorros, mantas e incluso ropa sucia se observan tirados en las rampas y pasillos.
“Este es, sin duda, el hospital más sucio de todos”, admite el director. Y tiene razón. Según las revisiones de higiene y sanidad realizadas por las direcciones de los servicios del lugar, el 100 por ciento de los muebles y aparatos que se encuentran dentro del hospital están contaminados.
Villeda explica que en los hospitales hay normas de higiene que deben seguirse, pero cumplirlas en el San Juan de Dios es complicado debido a que el personal trabaja con más pacientes de los que puede atender y a un ritmo acelerado.
Para mejorar la situación este año los trabajadores se organizaron para hacer turnos de limpieza, incluso con ayuda de personal del Roosevelt, en las áreas de servicios, departamento de lavandería y cocina, pero la contaminación ocurre todos los días.
MÁS PACIENTES QUE CAMILLAS
Unos pasos más adentro, luego de observar los pasillos y el ir y venir del personal, queda a la vista el servicio de la emergencia del hospital, uno de los lugares más saturados en cuanto a espacio y recursos.
La emergencia de adultos cuenta con 81 camas y en todo el año casi nunca ha tenido menos de cien pacientes. En la misma situación se encuentra el intensivo de neonatos, que destaca por ser el servicio con mayor saturación, pues con una capacidad instalada de 32 unidades, mantiene más de 60 pacientes.
“En el tiempo en que estamos ahí, aumentamos la capacidad con 900 camas. Llegamos a 1 mil 20 y deberíamos llegar a 1 mil 200 para atender la demanda, sin tomar en cuenta todos los traslados de pacientes que se hacen desde el resto de hospitales del país”, asegura el director del centro.
REORGANIZACIÓN DEL PERSONAL
En cuanto al manejo de los recursos humanos, se reportaron varios cambios a nivel administrativo y de personal desde octubre hasta este año.
A partir de la realización de evaluaciones por departamento y servicios, fueron removidos jefes y subjefes del departamento de mantenimiento, del área de quirófanos y de trabajo social.
En el departamento de mantenimiento, fueron destituidos y denunciados el jefe y subjefe por la incompetencia con el mantenimiento de elevadores.
El jefe del área de quirófanos fue retirado del cargo también, luego de que se evaluara que de los 14 quirófanos ninguno funcionaba en las mínimas condiciones de seguridad, aptas para un centro hospitalario.
Según datos del hospital, en los primeros cuatro meses del 2017 se han llevado a cabo 30 por ciento más de procedimientos en el área de quirófanos en relación al año 2016.
En trabajo social, también hubo un cambio de jefatura. Esto, debido a que la persona a cargo del servicio era permisiva con el personal y generaba anomalías. En ese departamento es donde se coordinan estudios de laboratorio que no se hacen dentro del hospital. El hallazgo fue que muchos estudios se realizaron dentro del hospital, cuando la idea es que los recursos se usen para gestionar los estudios a lo externo del hospital.
¿QUÉ HACE EL MINISTERIO?
Varios directores de hospitales han señalado su inconformidad con respecto al abordaje que hace el despacho central de la situación de hospitales. El problema que señalan es que se hace énfasis solo en uno de los niveles del sistema de salud, el nivel primario, dejando por un lado la solución del sistema de hospitales, pese a que ya se han rebasado la capacidad de respuesta.
Algunos directores de hospitales siguen creyendo que es persistente la crisis de la red hospitalaria y que, pese al cambio de autoridades, no se han logrado cambios significativos.
En respuesta a esto, el viceministro administrativo Edgar González asegura: “Para empezar, no todos los directores han hecho ese planteamiento. De 44 directores, un grupo pequeño tiene esa inconformidad”.
El viceministro dice que “los primeros en hacer propuestas en cuanto a cómo se van a desarrollar los hospitales son los directores, la planificación de servicios de salud se origina en los hospitales”.
Además, el fortalecimiento de la salud primaria es una forma de resolver la saturación de los hospitales, pues se enfoca en el aspecto preventivo.
El presupuesto para 2017 del San Juan de Dios es de Q520 millones 876 mil. Según el MSPAS, para los hospitales, la asignación de este año fue histórica, pues dentro de la estrategia propuesta estaba contemplado un aumento presupuestario para 8 hospitales, además de los recursos asignados al primer nivel de atención, para mejorar la atención en servicios materno infantil.
“Entonces, realmente tenemos que revisar bien a qué se refieren cuando dicen que no se les está apoyando”, indicó González.
OTROS HOSPITALES
La situación que atraviesa el San Juan de Dios no se limita a dicho centro, sino que hasta es una complicación que se ha generalizado en otros hospitales. Prueba de ello es que hasta junio de este año, el presupuesto ejecutado del Ministerio alcanza el 29 por ciento y el presupuesto comprometido llega al 40 por ciento.
Lucrecia Hernández, titular de la cartera, reconoció que dentro del ministerio hay algunas unidades que tienen problemas para la ejecución de su presupuesto. Además del Hospital General, también pasan por esta situación los hospitales de: San Vicente, Santa Catalina La Tinta en el departamento de Alta Verapaz y San Pedro Nécta, cuyos porcentajes no superan el 30 por ciento de presupuesto ejecutado y comprometido, según datos proporcionados por el MSPAS.
Según Hernández, el problema radica en que “las adquisiciones de insumos y medicamentos se están haciendo a partir de compras directas. Para las cotizaciones no se han concretado proyectos de bases definitivas. Hasta la fecha, 24 concursos han sido anulados y se están ejecutando 116, pero sin adjudicación”.
Ninguna de las licitaciones se ha concretado, mientras que las compras directas alcanzan los Q344 millones 435 mil.
Sin embargo, según Hernández, el San Juan de Dios sí destaca como uno de los que ha tenido más problemas para ejecutar compras. Por ejemplo, mientras el Roosevelt ha definido 194 cotizaciones, en este hospital solo se han logrado cincuenta. Esto, por supuesto, tiene una repercusión en las cifras de abastecimiento.
“Antes no había presupuesto, ahora sí, pero el problema está en la ejecución”, dice Hernández.
SOLUCIONES PROPUESTAS
La opción por la que ha optado el ministerio es la formación de una Mesa técnica con el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), para proponer una reforma de la Ley de Contrataciones que tome en cuenta los mecanismos de funcionamiento de los centros de salud.
Mientras, las autoridades organizan capacitaciones dirigidas a directores ejecutivos y gerentes administrativos para agilizar las compras y se piensa en un método para habilitar la subasta inversa.
Según Villeda, quien renunció a inicios de este mes argumentando falta de apoyo del despacho central, la solución comienza con un abordaje transparente sobre la crisis latente de éste y el resto de hospitales. “Deberíamos abrir espacios de discusión para que todos los sectores estén enterados de lo que está pasando”, agrega.
Al final de cuentas, indica, los mayores afectados con esta serie de deficiencias son los usuarios del servicio de salud pública que al no ser atendidos se avocan a otros lugares y, así, aumenta su gasto de bolsillo.
“Deben pagar un servicio privado y están tributando doblemente porque pagan sus impuestos y al mismo tiempo deben pagar un sistema de salud privado”, lamenta.