Joseline Ayala
jayala@lahora.com.gt
¿Qué experiencia y capacidades cree que la harían una buena defensora del pueblo?
Capacidades: tengo estudios especializados en DD. HH., específicamente una maestría en derechos humanos, así como una especialización en la temática por la Escuela Nacional de Administración en París, Francia. Escuela que ha capacitado a los últimos dos presidentes de Francia e inclusive al actual.
Además, poseo un liderazgo y capacidad organizativa dirigiendo grupos de trabajo. En ese sentido, puedo mencionar mi contribución en la Universidad Rafael Landívar (URL), en la coordinación de la Maestría en Derechos Humanos; también como jefa de Misión en Abogados sin Fronteras Canadá y, actualmente, soy Adjunta I en la Procuraduría de los Derechos Humanos.
¿Cuál es su definición de derechos humanos y cuáles son sus alcances?
Son todos aquellos atributos inherentes a los seres humanos que les permiten vivir en libertad y con dignidad. El catálogo es enorme y está en constante progresividad.
Esta definición incluye, además, el respeto y garantía que el Estado debe de crear para hacer efectivas las libertades y derechos fundamentales; así como los mecanismos de reclamo ante amenazas de violación.
Los alcances son amplios, ya que abarcan todos los ámbitos de la vida de cada ser humano y de los colectivos. Comprenden al Estado, Gobierno y los particulares en las relaciones que establecen. Por supuesto, abarcan la institucionalidad que protege y defiende.
¿Cuál es la situación de Guatemala en materia de derechos humanos?
El Estado incumple los compromisos internacionales en cuanto a asegurar el nivel de vida digna de la mayoría de la población, el cual comprende: seguridad, educación, salud, alimentación, vivienda, trabajo y salarios justos, así como el respeto a las distintas culturas.
Hay un racismo en todo ello, porque son los pueblos indígenas quienes menos disfrutan de esos derechos.
Las violaciones a la vida e integridad personal ya no son ataques contra la población civil de carácter sistemático y generalizado, como en los tiempos del Conflicto Armado Interno.
¿Se puede ayudar a transformar el sistema desde la PDH? ¿Cómo?
Claro que sí. Con la educación en DD. HH. se previenen las amenazas y violaciones de los mismos. Las personas conocen sus límites y respetan las libertades y derechos fundamentales de los demás. Saben dónde reclamar y cómo.
En cada caso en el que se dicta una resolución, se formulan recomendaciones en las que se señala la ruta o la vía para que las y los funcionarios resuelvan los problemas que están o han causado daño a quien aparece como víctima de violaciones de los DD. HH.
La difusión de las resoluciones del PDH sirve de referencia para la población. Sucede lo mismo con los informes anuales y temáticos.
¿Qué papel debe jugar la PDH en la lucha contra la corrupción?
La PDH constata las carencias en la gestión de la administración pública, por ejemplo: la inseguridad alimentaria, que implica la desnutrición crónica y muertes que se derivan de ella; así como la salud, la educación. Todo ello daña a la población y puede estar vinculado a actos de corrupción de las y los funcionarios, inclusive de aquellos que no cuentan con las calidades mínimas para ejercer el cargo. Nosotros hacemos visibles las alarmas y los hallazgos que pueden estar conectados con la corrupción, tanto en el Organismo Ejecutivo como el Judicial y municipios.
¿Cómo ve el papel que jugó la PDH en la discusión de las reformas a la Constitución?
Todo lo que tenga que ver con el derecho humano de acceso a la justicia, al fortalecimiento de dicho sistema y la independencia judicial es competencia del PDH.
Apoyo dichas iniciativas con toda la fuerza y prestigio que me da la voz de la Procuraduría de los DD. HH.
Las presiones y la polarización han hecho que se pierda el contenido ético de la propuesta, el cual, seguimos teniendo claro, era básicamente el fortalecimiento del sistema de justicia, la lucha contra la corrupción y la impunidad.
¿Qué problemáticas relacionadas con los derechos humanos considera que se deben atender con prioridad en la PDH?
El hambre, la desnutrición, sobre todo de la niñez y adolescencia. Seguir haciendo esfuerzos por la vida y la salud de la población. En ese sentido, que el IGSS preste los servicios con calidez, calidad y efectividad. Por otro lado, la eliminación del maltrato infantil es básica, así como eliminar las violencias, maltrato y tortura que se ejercen en contra de las mujeres. Asimismo, las violencias en contra de la población que realizan las fuerzas de seguridad, tanto públicas como las empresas privadas.
¿De qué forma fortalecería la incidencia de la PDH en la solución de tales problemáticas?
Con base en información y hallazgos de nuestras investigaciones, se deben colocar estos temas en la agenda política para que la administración pública asuma la solución de los graves problemas.
Además, se debe establecer la interlocución con las y los funcionarios involucrados en las problemáticas e intentar, con el máximo esfuerzo, que haya una coordinación interinstitucional.
Otra opción es judicializar los problemas más graves, mediante acciones de amparo, inconstitucionalidades o accionar en los tribunales de algún ramo.
¿Qué cambios internos implementaría en la PDH para fortalecer su trabajo?
Con calma debemos hacer una evaluación con base en los informes de gestión que al Procurador, Jorge De León Duque, le han rendido quienes presiden las direcciones y defensorías de la institución. Toda decisión la tomaré tomando en cuenta la evaluación de desempeño, deberé actuar con objetividad para respetar la estabilidad laboral de quienes trabajan en la PDH.
¿Considera que el proceso de la Comisión de DD. HH. en la elección de la terna ha sido transparente?
No, ya muy avanzado el proceso fueron transparentes, al principio no proporcionaron información por medio del portal electrónico; tampoco a los medios de difusión ni organizaciones que estaban fiscalizando el procedimiento.