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Kazán, Rusia
DPA
La selección mexicana de fútbol avanzó hoy a semifinales de la Copa Confederaciones de Rusia al vencer 2-1 a la anfitriona en un partido complicado que le exigió sobreponerse a un resultado adverso y a la presión del público local.
Un gol de Alexander Samedov (25′) encendió el ambiente atronador del Kazán Arena, pero Néstor Araujo (30′) e Hirving Lozano (52′) apagaron el caldero ruso y metieron a México en su primera semifinal desde 2005 en el torneo, una suerte de anticipo del Mundial que reúne a los campeones de cada confederación, al campeón mundial y al anfitrión.
El equipo de Juan Carlos Osorio acabó segundo del Grupo A por detrás de Portugal -que goleó 4-0 a Nueva Zelanda- y jugará el jueves en Sochi la semifinal. Con casi total seguridad, su rival será Alemania, campeona del mundo, o Chile, el equipo que hace un año le propinó una de las mayores humillaciones en la historia del fútbol mexicano al eliminarlo de la Copa América Centenario con un 7-0.
Rusia se despidió en cambio de su torneo, en el que buscaba ganar entidad futbolística para el Mundial que acoge el año que viene, pero lo hizo dejando una imagen aguerrida y valiente que contagió entusiasmo hasta el último minuto.
México llegaba al partido en mejores condiciones. Con una larga experiencia en la copa, necesitado solo de un empate para avanzar y con su equipo de gala recuperado tras los polémicos ocho cambios en el segundo partido ante ante Nueva Zelanda, los de Juan Carlos Osorio salieron a controlar el duelo.
Cerca estuvo de impedírselo una Rusia lanzada al ataque por los ruidosos 41.500 espectadores que llenaron el Kazán Arena y urgida de una victoria para seguir viva en su torneo. «Es el partido más importante para nosotros», comentó horas antes Vitaly Mutko, el viceprimer ministro ruso y presidente del Comité Organizador Local.
Había una semifinal en juego y el partido comenzó con nervios de ambas partes. Lozano avisó ya en el 6′ con un disparo controlado por el arquero y en la respuesta rusa todo el estadio tronó pidiendo penal cuando Yuri Zhirkov cayó en el área junto a Héctor Moreno.
La escena se repitió con otra caída dudosa de Fedor Smolov en el área. El árbitro no pitó nada, pero segundos después se anunció la revisión de la jugada por el videoarbitraje. El estadio entero cantó esperando ahora sí el penal, pero el sistema ratificó en cambio al árbitro entre una sonora pitada de las gradas.
México buscaba tener el balón, bajar el ritmo y jugar tocando, pero los arrebatos locales comenzaron a acorralar al «Tri» y terminaron por rendir fruto: tras un bombazo al palo de Smolov, la jugada siguió en el área y Smedov abrió la cuenta pegando su remate al palo.
El resultado eliminaba a México y la reacción fue inmediata. A un buen tiro libre de Andrés Guardado siguió un balón de Héctor Herrera colgado al área que Araujo cabeceó con precisión milimétrica al ángulo superando por arriba al arquero Akinfeev. La euforia rusa había durado cinco minutos.
Con el resultado favorable otra vez, los de Osorio apostaron por dormir el partido para apagar el empuje ruso. La salida de Diego Reyes lesionado fue la única noticia hasta el entretiempo.
Rusia arrancó la segunda mitad con el mismo ritmo frenético, pero en uno de esos ataques Herrera rescató el balón en la puerta del área mexicana y lanzó un despeje que llegó al área rival. Lozano fue a disputar el balón y se impuso de cabeza al sorprendido arquero Akinfeev para hacer el 2-1.
El ánimo ruso acusó el gol y México logró por fin controlar el partido. Héctor Moreno pareció sentenciarlo en el 60′ con un tercer tanto que fue anulado correctamente por el videoarbitraje por posición adelantada.
El espíritu de lucha ruso sufrió otro revés en el 68′ con la expulsión de Zhirkov por un feo codazo que le costó la segunda amarilla. Pese a todo, la «Sbornaya» siguió buscando hasta el final ante un México confiado en exceso, pero el milagro no llegó y el «Tri» quedó a dos partidos de repetir el título de 1999.