Félix Loarca Guzmán
La palabra Democracia se deriva de dos voces griegas: Demos: pueblo, y Kratos: Poder. Partiendo de estas ideas, la Democracia es el sistema político que favorece el predominio del pueblo en el gobierno de un Estado. Lamentablemente, en Guatemala esto no es así.
Muchos hablan sobre que nuestro país volvió a la democracia en la segunda mitad de la década de los años ochenta, con la elección del licenciado Vinicio Cerezo, como primer Presidente civil luego del prolongado período de las dictaduras militares.
Lo que ha existido en Guatemala desde el derrocamiento en 1954 del presidente Jacobo Árbenz, (El Soldado del Pueblo), como consecuencia de una invasión armada auspiciada por el gobierno de Estados Unidos, ha sido y sigue siendo “una comedia de democracia”.
El libro Desde el Cuartel, cuya publicación le costó un procedimiento disciplinario en el Ejército a su autor, el Coronel Edgar Rubio Castañeda, señala que, “Esto que tenemos como modelo neoliberal no debe llamarse democracia sino “pistocracia” porque todo gira alrededor del dinero.”
Este libro que actualmente es el más vendido en Guatemala, desnuda por completo el régimen neoliberal, que promueven influyentes empresarios de la clase dominante, indicando que el poder de unas pocas familias, (la oligarquía), y su sistema neoliberal, son quienes tienen la responsabilidad del colapso que sufre nuestra Patria.
El Coronel Rubio Castañeda, explica que en Guatemala “no existe poder Ejecutivo, Legislativo ni Judicial, mucho menos poder del Estado”.
Subraya que lo que existe es el poder económico que compra presidentes por medio del financiamiento de campañas, paga por leyes de beneficio sectorial y compra magistrados y jueces para que fallen a favor de sus intereses, y poder mediático (medios de comunicación), que genera opinión para desviar nuestra atención de los verdaderos problemas nacionales a favor del modelo neoliberal, manipulando a grandes segmentos de la población al ocultarles la realidad nacional.
Dice que en Guatemala hay cinco familias de la oligarquía, que son el poder real del país, y este poder les permite hacer en el Estado y sus instituciones lo que les da la gana.
También critica la actuación de algunos altos oficiales del Ejército, quienes han logrado el máximo grado militar (Generales), no por méritos propios, sino por su subordinación al poder económico.