Ayer la fiscal general de la República, Thelma Aldana, explicó que su razón para no estar en las reuniones de Miami a la que sí fueron invitados sus homólogos de Honduras y El Salvador es que no fue invitada por el presidente Jimmy Morales.

Esto nos deja únicamente dos opciones para poder evaluar la razón por la que el Gobierno haya cometido tal decisión: El Presidente no entiende el rol de la justicia y el combate a la corrupción como pilar del desarrollo de un país o, segundo, que lo tiene perfectamente claro, pero lo que no hay es voluntad de poner la lucha por la transparencia en el centro de la política.

Al presentar «resultados» del famoso Plan de la Prosperidad, los funcionarios del Gobierno se esmeran en colocar el combate a la corrupción con los casos del MP y el tema de la mejora en la recaudación fiscal. Sin embargo, en la práctica se critica a la SAT por la judicialización de los casos y se margina al Ministerio Público.

Igual que como sucedió con las Reformas Constitucionales o cuando dijo que no aceptarían tránsfugas, Morales muestra un doble discurso con el que se intenta dormir a la población.

En este caso, en el que se han querido lavar las manos entre él y el canciller Carlos Raúl Morales, la verdad es que no se puede creer que un tema tan importante en la historia reciente del país y la coyuntura actual sea tratado con tal dejadez y hasta con el descaro de querer demostrar con un desplante como la no invitación a la fiscal.

Por supuesto que hubiera sido incómodo para estos funcionarios tener que escuchar que no han aportado nada para lo que presentan como logros propios, pero tendrán que entender en algún momento que el que pierde más es el país y que no ganan ellos al excluir a Aldana de un foro en que, creemos, hubiera evidenciado la falta de voluntad auténtica del Estado.

Tienen que tener algunos celos también en el Ejecutivo al notar que mucha de la atención y los apoyos son para las entidades que han realizado la lucha contra la corrupción y la impunidad. Pero también deberían de reconocer que la falta de liderazgo es resultado de ni siquiera haber entendido para qué fueron electos aunque haya sido de chiripa.

Jimmy Morales prefirió ir rodeado de miembros del gabinete Patriota como el Canciller y el jefe de Pronacom. Es evidente que hay doble discurso y que la justicia tiene más obstáculos por delante.

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