POR REDACCIÓN LA HORA*
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El primer cara a cara de los países que integran el Triángulo del Norte –Guatemala, El Salvador, y Honduras– con la administración del presidente estadounidense Donald Trump se dará mañana y viernes en Miami, en medio de un ambiente de incertidumbre y preocupación sobre las prioridades que se establecerán en las relaciones entre Estados Unidos y la región, sobre todo a través del Plan Alianza para la Prosperidad, que nació como un esfuerzo para detener los flujos migratorios impulsados por la pobreza y la violencia en los tres países.
La «Conferencia para la Prosperidad y Seguridad en Centroamérica», que estará además presidida por México, será la oportunidad para que los países del Triángulo aclaren la forma cómo trabajarán en los próximos años con el nuevo Gobierno de Estados Unidos.
Entre las preocupaciones de los tres países de Centroamérica, que enfrentan una lucha contra la criminalidad generalizada y las dificultades socioeconómicas, están las políticas migratorias y el apoyo norteamericano traducido en dólares para combatir la pobreza y la violencia en esas naciones.
Pese a la trascendencia de la agenda que se tratará en tales reuniones, las pláticas solo se realizarán entre autoridades de la región, de Estados Unidos, entidades financieras y miembros del sector privado. La sociedad civil, incluso aquella que trabaja de cerca con el tema migratorio, quedó excluida.
La Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteamérica señaló en un comunicado de prensa que, pese a las peticiones de diversas organizaciones de la sociedad civil, tanto en EE. UU. como en Guatemala, “no se logró un espacio para participar en estas reuniones que discuten temas relacionados a la migración y a la seguridad de la región”.
Esta situación ha generado preocupaciones acerca de las prioridades que puedan establecerse en cuanto a la cooperación del país norteamericano con Centroamérica, sobre todo ante las propuestas de la administración de Trump de control de la inmigración ilegal, a través de medidas represivas, como el fortalecimiento de las fronteras y la deportación.
La Red Migrante expresó: “Nos inquieta que el enfoque de este Congreso esté centrado en una mirada que no responde a los problemas estructurales que afectan a los países del Norte de Centroamérica. Estas políticas económicas y de seguridad, en vez de aportar a su desarrollo y a la disminución de la migración forzada a causa de la pobreza y la violencia, contribuye a la implementación de políticas de represión y militarización, bajo un principio de seguridad”.
Ricardo Barrientos, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), se sumó a las voces que expresaron preocupación por que, en la Conferencia que se llevará a cabo en Florida, se acuerden cambios según la agenda del Presidente Trump, que resulten dañinos para las prioridades del Plan Alianza para la Prosperidad.
El analista recordó que el Plan nació en el 2014, luego de que se identificó una crisis de niñez migrante no acompañada. La administración del Presidente Obama declaró esa situación como una crisis humanitaria y comenzó a trabajar con los gobiernos de la región para paliar las causas estructurales de la migración irregular.
El Plan, dotado de 750 millones de dólares anuales para los tres países, fue lanzado con el fin de promover oportunidades económicas e impulsar el capital humano para detener los flujos migratorios impulsados por la pobreza y la violencia en los tres países.
EL INTERÉS DEL GOBIERNO
El canciller Carlos Morales dijo el lunes que el país centrará su intervención en la inversión en desarrollo y la generación de empleo para disminuir la migración hacia Norteamérica.
De esta manera, advirtió que aunque para el Gobierno el tema de seguridad, que privilegia la administración del presidente Donald Trump, es importante, pero también lo es el de desarrollo.
A la cita, asistirá el presidente Jimmy Morales, quien será acompañado por sus homólogos de Honduras, Orlando Hernández; y El Salvador, Salvador Sánchez. Por parte de México viajarán el canciller Luis Videgaray y el secretario del Interior, Miguel Osorio.
Aunque Trump no asistirá, la Casa Blanca confirmó la presencia del vicepresidente, Mike Pence; y los secretarios de Estado, Rex Tillerson; y de Seguridad Nacional, John Kelly.
Morales dijo a finales de la semana pasada que la reunión con el vicepresidente Pence servirá para hablar de seguridad y de cómo luchar contra el tráfico de drogas y combatir el crimen organizado.
«Guatemala ha venido trabajando de cerca con Estados Unidos. La idea es revisar toda la estrategia en contra del tráfico de drogas», destacó.
El Presidente explicó que la agenda se dividirá en dos partes, pues mañana se abordarán temas de desarrollo económico e inversión.
«Para Guatemala está claro que es generando empleo digno y oportunidades dignas para los guatemaltecos en su propio país» como se logrará contener la migración, dijo.
LAS PRIORIDADES DE EL SALVADOR Y HONDURAS
Pence, quien dará apertura al evento, sostendrá reuniones bilaterales con cada uno de los líderes centroamericanos, a quienes desea «reafirmar el compromiso del presidente Trump para mejorar (en esos países) la seguridad, la gobernanza y la prosperidad económica».
Sin embargo cada uno de los presidentes busca despejar dudas en temas específicos, como por ejemplo la eventual suspensión de parte de Estados Unidos al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), para ciudadanos hondureños y salvadoreños.
El TPS, que vence el próximo año para ciudadanos de varios países, fue otorgado por Washington a las naciones que han sufrido desastres naturales, como terremotos, tormentas y ciclones, como El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití en América Latina.
«Pronto hablaré con el vicepresidente Pence y los secretarios Tillerson y Kelly cualidades de hondureños para mantener la TPS. La cooperación Honduras-EE. UU. merece especial consideración», escribió recientemente Hernández en Twitter.
Para el presidente la posible suspensión del TPS a casi 60 mil hondureños puede desencadenar en una crisis social, debido a que sus compatriotas ya «se han integrado a la sociedad en Estados Unidos, tienen hijos norteamericanos, han creado negocios y pagan impuestos».
De igual forma, el Gobierno salvadoreño ha dicho que la problemática migratoria no se resolverá con la suspensión del TPS que beneficia a cerca de 200 mil de sus ciudadanos. «Estados Unidos estaría incubando otro problema», apuntó el portavoz del Gobierno Eugenio Chicas.
Las inquietudes sobre el manejo que está impartiendo Estados Unidos a esta problemática también embargan a la sociedad civil, que días antes de la Conferencia hará una declaración desde Washington con peticiones claras a la administración de Trump.
Los representantes de al menos un centenar de organizaciones de derechos humanos solicitarán al Gobierno norteamericano «responder a esta crisis con políticas que garanticen los derechos a todas las personas a solicitar asilo en Estados Unidos».
Estados Unidos, bajo la presidencia de Barack Obama (2009-2017), respaldó el Plan de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo del Norte, impulsado desde hace casi tres años por los países que lo integran.
Dicho plan busca crear condiciones económicas y sociales para generar más y mejores oportunidades que permitan el desarrollo y el arraigo de la población, especialmente los jóvenes en sus países y evitar así que emigren ilegalmente a Estados Unidos.
La cumbre en Miami se enfocará el primer día en discutir temas económicos y el viernes centrará su atención en el mejoramiento de la seguridad en la región.
Además, se presume que en el marco de la conferencia sean revelados los cambios en las políticas de Estados Unidos hacia Cuba.
De acuerdo con la agenta establecida, hoy los presidentes y las delegaciones participarán en un diálogo con el sector privado organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Mañana las plenarias se centrarán en el tema de prosperidad bajo la coordinación del Departamento de Estado y el viernes la temática se centrará en el tema de seguridad regional, bajo la coordinación del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos.
*Con información de DPA.