Luis Enrique Pérez
El Acuerdo de París sobre cambio climático fue aprobado por 195 naciones de un total de 197, el 12 de Diciembre del año 2015, en París. Las naciones que no lo aprobaron fueron Nicaragua y Siria. El acuerdo supone que el ser humano es causa de calentamiento global del planeta, porque su actividad genera gases que retienen, en la atmósfera de la Tierra, parte de la radiación solar que la superficie terrestre no absorbe sino que la refleja.
Argumentase que principalmente el dióxido de carbono que genera la actividad del ser humano, es causa de que una menor proporción de la radiación solar reflejada vuelva al espacio sideral, y una mayor proporción sea retenida en la atmósfera terrestre, y entonces el planeta se calienta. Se supone que una mayor cantidad de dióxido de carbono generado por la actividad humana, provocaría un mayor calentamiento, cuyos efectos serían extraordinarias catástrofes; por ejemplo, derretir el hielo polar, incrementar el nivel del mar e inundar ciudades costeras, o quizá extinguir a la misma humanidad.
La finalidad del Acuerdo de París es lograr que el aumento de la temperatura global sea notablemente menor que dos grados centígrados, con respecto a la temperatura global antes de la llamada “primera revolución industrial”, que comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII. Adicionalmente, ese aumento de la temperatura no debe exceder de 1.5 grados. Si se logra tal finalidad, se presume que sería evitado un catastrófico calentamiento global.
El medio para lograr esa finalidad consiste principalmente en limitar la cantidad de dióxido de carbono que genera la actividad del ser humano. La cantidad de producción humana de ese gas podría ser únicamente aquella que es absorbida por los árboles, el suelo y los océanos y, por consiguiente, no se vierte en la atmósfera, y tampoco, entonces, incrementa la retención de la radiación solar reflejada por la superficie terrestre.
En el Acuerdo de París, los países más ricos convinieron en auxiliar a los países más pobres para que soporten el efecto presente y futuro del calentamiento global, el cual, se insiste, es provocado por el ser humano. Los países más pobres solicitaron ese auxilio para sustituir los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, cuyo consumo produce dióxido de carbono. Esos combustibles serían sustituidos por energía renovable. Los países más ricos convinieron en brindarles un auxilio de cien mil millones de dólares anualmente por lo menos, a partir del año 2020.
Recientemente el presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, decidió que esa nación desertara del Acuerdo de París. Por tal deserción, entonces, esa nación ya no estará comprometida con limitar la producción de gases que retienen la radiación solar, y principalmente ya no estará comprometido con limitar la producción de dióxido de carbono. Tampoco tendrá que contribuir a brindarle por lo menos cien mil millones de dólares anualmente, a partir del año 2020, a los países más pobres, para que soporten el efecto del calentamiento global.
Conjeturé que el presidente Donald Trump estaba convencido de que no había calentamiento global, o convencido de que si lo había, no era provocado por el ser humano. Empero, ahora conjeturo que él intenta abstenerse de negar o afirmar que hay un calentamiento global, y más precisamente, uno provocado por el ser humano. Aparentemente, ahora solo pretende argumentar que el motivo de la deserción que es que el Acuerdo de París perjudica económicamente a Estados Unidos de América.
Independientemente de la decisión del presidente Donald Trump, y del motivo de esa decisión, y de que él finalmente desista o no desista de la deserción, no hay ninguna comprobación científica de que hay un calentamiento global causado principalmente por el dióxido de carbono que genera el ser humano. Algunos científicos hasta creen que hay una tendencia al enfriamiento global.
Post scriptum. El periódico “The Wall Street Journal” publicó, en Enero del año 2012, un artículo denominado “No es necesario el pánico sobre calentamiento global”, firmado por dieciséis científicos, quienes afirmaron que “es probable que más dióxido de carbono, y el leve calentamiento que pueda provocar, beneficie al planeta.»