Jorge Mario Andrino Grotewold
* @jmag2010

Para los expertos en materia ecológica, la decisión del presidente Trump de separarse de los postulados de la Conferencia de Paris sobre el cambio climático, es una catástrofe para el planeta y para sus habitantes. Separa a uno de los países más importantes que participaban en la estrategia internacional para la reducción de indicadores que afectan el cambio climático. Pero, ¿es realmente Estados Unidos quien tiene la responsabilidad de buscar soluciones al cambio climático, y por ende su decisión de salirse del tratado internacional es tan desequilibrante para el mundo?

Para responder esa y otras interrogantes, de forma técnica y no emocional, es indispensable entender que Estados Unidos como en este tema y otros más, juega un rol determinante por ser una de las potencias económicas, militares y políticas del mundo. Pero especialmente, en cuanto a los aspectos del cambio climático, dicho país se le ha pedido que sus acciones, participaciones y aportes, sean congruentes con su nivel de responsabilidad y contaminación que se le han medido como país. En otras palabras, Estados Unidos es uno de los países que por su naturaleza económica/social, y su cultura de consumo y comodidad, tiene mayores niveles de contaminación y por ende, supera los riesgos del denominado cambio climático.

Pero los efectos del cambio climático, han sido cuestionados por científicos que principalmente tienen intereses con empresas que consumen agentes de carbono, entre otros combustibles que son utilizados para muchos elementos de la industria. Dicen, dichos científicos, que no se puede realmente atribuir el efecto invernadero al uso de esos combustibles fósiles. Algunos otros, inclusive, dentro de los cuáles parecen estar los principales asesores del Presidente estadounidense, indican que el cambio climático en realidad no existe como crisis, sino simplemente es un mecanismo de auto depuración del planeta, sin que tenga que ver el consumo de carbono o cualquier otro combustible, como responsables.

Sin embargo, alrededor del mundo, expertos refutan esa teoría luego de estudiar por lustros el comportamiento del denominado efecto invernadero, y por ende determinan que el consumo de combustibles naturales ha escalonado la temperatura global, al punto de hacer un verdadero problema para el clima, así como sus repercusiones para los habitantes globalmente.

Pero siguiendo el ejemplo del nuevo Presidente Francés, se lamenta que Estados Unidos tome otro rumbo para su territorio y su población. Pero el resto del mundo deberá seguir trabajando para adoptar medidas que combatan el efecto invernadero, incluyendo buena parte de la población estadounidense. Cada Estado y cada persona tiene una obligación para con el planeta, y quienes decidan no participar más, deberán mantener otras obligaciones socioambientales importantes.

La población deberá exigir de cada uno de los Estados, su involucramiento en políticas públicas –incluyendo su financiamiento- que promuevan agendas favorables al ambiente, y por supuesto, como siempre, dependerá de cada individuo para que se logren resultados efectivos que beneficien a las siguientes generaciones.

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