Emilio Matta
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Continuando con el caso chileno y como lograron erradicar la desnutrición, no de forma puntual sino de forma sostenida en el tiempo, tomaré como referencia principal un artículo de la Revista Chilena de Nutrición publicado por el Dr. Fernando Mönckeberg, quien participó activamente en este proceso, como fundador y director del INTA (Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos), donde expone el caso chileno y como lo lograron.
La estrategia empleada por los chilenos abarca, no solo nutrición, sino que la misma está apuntalada por programas de saneamiento y atención primaria en salud, que son indispensables para lograr una mejora integral en la calidad de vida de las personas, principalmente de los niveles más bajos de la sociedad.
Se creó un Sistema Nacional de Salud, donde se entrega medicina preventiva y curativa gratuita a la población. Al principio (hablamos de 1952), por un tema de recursos, la cobertura fue limitada, pero al tener éxito estos programas se fueron expandiendo en todo el país al punto de contar con más de 38 mil camas hospitalarias, mil quinientos centros de salud, empleando a más de 58 mil personas, incluyendo médicos, odontólogos, nutricionistas y enfermeras.
Hay avances notables, como la inmunización a través de vacunas de más del 97% de niños del país y programas de planificación familiar que han logrado una disminución del crecimiento de la población, principalmente del nivel socioeconómico bajo.
Respecto a la parte nutricional, se implementó dentro de dicho servicio la distribución gratuita de leche en polvo para cada niño menor de 2 años, alimentos proteicos infantiles para cada niño entre 2 y 5 años y la distribución de leche en polvo para madres embarazadas y lactantes. La distribución se realizaba y sigue realizando en los centros primarios de salud y ha servido como gancho para atraer a las madres a los centros de salud, donde se aprovecha también para desarrollar todas las demás actividades (vacunación, chequeos médicos y dentales, etc.). Según el artículo existe una alta correlación entre la cantidad de leche distribuida a través de centros de salud y los controles de niños sanos.
Hay que hacer la salvedad que, a raíz de la distribución de leche gratuita, la lactancia materna comenzó a declinar, por lo que hubo que invertir fuertemente en medios de comunicación, así como en educación formal de las personas y en la formación de los profesionales en los centros de salud para revertir esta tendencia.
Es de destacar también, que el mismo Sistema Nacional de Salud llevaba eficientemente los controles estadísticos de los niños de 0 a 6 años, llegando a conocer en tiempo real la situación nutritiva de todos los niños de las diferentes regiones del país (en Chile las regiones son el equivalente de los departamentos en Guatemala, son 15 regiones en total). En la ficha clínica se registran la dirección de los niños y la situación socioeconómica de la familia, así como los controles específicos de edad, curva de peso, vacunación, etc. Con esta data se logró determinar el nivel de asistencia requerida en cada región, así como la focalización de medidas más severas en términos de asistencia médica y nutricional, dependiendo de la situación de las familias.
En la siguiente columna continuaré explicando el caso chileno y el tratamiento y recuperación de niños con desnutrición grave.