Lic. Douglas Abadía Cárdenas
El conflicto puede definirse como un proceso interaccional y que como tal nace, crece, se desarrolla y puede a veces transformarse, desaparecer, y/o disolverse, y otras veces permanecer estacionario.
El tema social abarca todo lo perteneciente o relativo a la sociedad. Al vincular ambos conceptos pues podemos afirmar que el conflicto social vincula el antagonismo de las partes en el ámbito colectivo no privado. Otra definición de conflicto es la que afirma que es «Situación que opone uno o varios estados con otro u otros, o con grupos de individuos o también con individuos aislados protegidos por el derecho de gerentes, respecto de la satisfacción de un interés simple o por la existencia, extensión o ejercicio de un derecho».
En el caso concreto de Guatemala podemos afirmar que existen un sinnúmero de conflictos con tinte social, es decir, existen una serie de demandas de tipo social que no han sido satisfechas por parte de los gobiernos de turno a lo largo de la historia nacional. Para ejemplificar de mejor manera un conflicto social, vamos a describir brevemente las dos posturas que existen en cuanto al tema de la generación de energía a través de las hidroeléctricas.
Por un lado, existen los grupos organizados que defienden la postura de oponerse a todo proyecto hidroeléctrico que se pretenda desarrollar en nuestro país, la base de dicha postura la constituye la creencia de que este tipo de proyectos son dañinos para la salud de la población donde se desarrollará el proyecto. En la actualidad existen alrededor de 31 conflictos [i] relacionados con el tema de generación de energía vía hidroeléctricas.
Por otro lado, están los grupos organizados que defienden la postura de que el país necesita generar energía limpia, pues esto generará desarrollo para todos. Se puede afirmar entonces que uno de los principales focos de conflictividad social en el país es el control y uso de los recursos naturales, pues por la característica de ser un país multicultural; podemos evidenciar esa riqueza en la práctica pero ideológicamente así como a nivel de su cosmovisión existen diferentes etnias que impiden el utilizar los recursos naturales para generar desarrollo económico.
El Estado de Guatemala ha sido débil o casi nulo en términos de generar las condiciones necesarias para evitar que existan elementos subyacentes dentro del tema de la conflictividad social en el país. Para la PDH [ii] los principales detonantes de estos dos conflictos son la falta de información y diálogo sobre la aprobación de licencias de proyectos extractivos y generación, trasporte y comercio de energía eléctrica porque no deja a los inconformes ni siquiera un foco de alumbrado para sus casas; pero sí la amenaza de desalojos, corte del agua para sus comunidades y la criminalización de las protestas.
Continuará