Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
El sentido del gusto puede transportar a cualquiera a tierras lejanas y a tiempos pasados. Por ello muchos migrantes guatemaltecos buscan el comedor típico de “La Chapina” Yaneth Sical, en Delaware, para recordar los sabores y los olores de su lugar de origen.
“La Chapina” como es conocida por sus amigos, es originaria de Quiché. Llegó a Estados Unidos en 1998 huyendo de la violencia doméstica y para reunirse con su madre y sus hermanos en Maryland.
Uno de sus primeros trabajos en su nuevo hogar fue como mesera en un restaurante guatemalteco y luego logró convertirse en manager del lugar. Fue así como, consciente del deseo de muchos guatemaltecos de recordar la comida de su tierra, que decidió establecer un negocio propio.
“Agarré experiencia aquí, eso es muy importante, usted agarra experiencia trabajando. Eso lo logré en dos lugares donde estuve y con la ayuda de mi mamá pusimos el negocio”, relató.
El restaurante de “La Chapina” ofrece comida guatemalteca, pero el menú también incluye platillos de otros países como El Salvador y México.
Su rutina en el restaurante La Chimenea inicia a las diez de la mañana y los alimentos se preparan en ese mismo momento, por lo que todo lo que ofrecen es fresco, asegura. El cliente tiene una gran variedad a elegir dentro del menú.
La carne adobada se prepara una semana antes y en el caso de los tamales se mantiene la tradición de venderlos cada sábado, aunque depende de la demanda que tengan.
“La carne adobada y el churrasco chapín son de los preferidos por los clientes, las garnachas también. Hay muchas cosas como el caldo de res, el caldo de gallina de patio, que se da en sopa, y aparte la gallina dorada”, comentó.
Sus tamales, carne adobada y garnachas tampoco han pasado desapercibidos en festivales de comida.
El lugar es visitado por clientes de todas las nacionalidades, aunque predominan los guatemaltecos.
En la decoración del restaurante predominan las imágenes de paisajes de Guatemala, abonando así a crear un ambiente donde sus clientes puedan sentirse como en casa.
“La Chapina” señala que muchos clientes se muestran sorprendidos al ver los platillos guatemaltecos. Muchos de ellos no han probado esas comidas en años y pensaban que no sería posible encontrarlas tan lejos de su tierra.
Para la entrevistada, esta actividad es un deleite, además de que se siente orgullosa de mostrar al mundo la gastronomía guatemalteca y su cultura.
Aunque señala que su éxito no ha ido fácil, pues ha tenido que superar adversidades como la discriminación, esto nunca la ha detenido para continuar con su tarea.
“Mi mamá es la que siempre ha estado conmigo, ella es quien me ha enseñado a cocinar y todo lo que es de Guatemala, porque al principio yo no sabía nada, pero ahora puedo decir que soy experta de la comida guatemalteca”, anotó.
La guatemalteca es madre de tres jóvenes, una de ellas se encuentra en Guatemala, y asegura que son el motor para seguir superándose.
Los connacionales que deseen degustar uno de sus platillos deberán acudir a la nueva ubicación del restaurante de “La Chapina”, que nuevamente regresará a Maryland, luego de permanecer en Delaware por muchos años.
“La carne adobada y el churrasco chapín son de los preferidos por los clientes, las garnachas también. Hay muchas cosas como el caldo de res, el caldo de gallina de patio, que se da en sopa, y aparte la gallina dorada”.
“Mi mamá es la que siempre ha estado conmigo, ella es quien me ha enseñado a cocinar y todo lo que es de Guatemala, porque al principio yo no sabía nada, pero ahora puedo decir que soy experta de la comida guatemalteca”.
YANETH SICAL “LA CHAPINA”