Hoy está circulando en el área de Washington DC, Maryland y Virginia la publicación La Hora, Voz del Migrante, impresa en los talleres del Washington Post y distribuida gracias a nuestra alianza con los Supermercados Megamart, con Transportes Zuleta y un grupo de migrantes guatemaltecos, mientras que la edición para el territorio nacional se distribuye en los Super 24 de todo el país. Nuestra intención es proveer a los migrantes de un medio de comunicación, impreso y digital, que les permita mantener su contacto con su país y sus familias.

La Hora tiene estrecha vinculación con el tema de los migrantes. Durante los 14 años de la dictadura de Ubico, nuestro fundador Clemente Marroquín Rojas fue un migrante que vivió y sufrió en Costa Rica y México, principalmente, la vida de quien tiene que estar alejado de su patria. En su caso fue por motivos políticos, pero el efecto es el mismo porque se sufre la lejanía y la desintegración familiar como resultado de la necesidad (por el motivo que sea) de vivir y trabajar en otros países. Marroquín Rojas, abogado de profesión y periodista de vocación, tuvo que trabajar en albañilería para ganarse el sustento y con empeño y dedicación llegó a ser maestro de obra al servicio del doctor Prado Romaña en México, tarea que compartía con la publicación sin pago alguno de artículos suyos en diarios de esos países. Hoy en día dos de sus bisnietos Marroquín Pérez viven con sus familias en Estados Unidos.

Mientras menor es el desarrollo de los países mayor cantidad de migrantes que producen y, a la inversa, el mayor desarrollo atrae la migración porque muchos sueñan con disfrutar de las oportunidades que genera el desarrollo. Salta a la vista cuál es nuestra condición y el fenómeno es de tal importancia social que dependemos hoy en día de las remesas familiares para mantener nuestra economía que colapsaría el día en que dejáramos de recibir esa inyección en dólares que suma miles de millones.

Nos sentimos identificados y agradecidos con los migrantes. Entendemos y sabemos lo que es su vida, lo que cuesta ganarse el sustento y el mérito enorme que tienen al haber acreditado la mano de obra chapina como “excelente” por su diligencia, lealtad y eficiencia. Les agradecemos que no olviden ni el terruño ni a sus familias y por ello iniciamos este proyecto que quiere ser un puente de unidad en medio de la separación. Un instrumento para sentir a Guatemala en el corazón y para sentir al pariente que migró más cerca cada día. Si lo logramos, nuestro sueño será absoluta realidad.

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