Javier Monterroso

El día de ayer miércoles 3 de mayo varias de las principales arterias de la ciudad colapsaron, por diversos motivos tuve que circular por El Periférico, la Calzada Roosevelt y el bulevar Liberación, en total calculo haber pasado al menos cinco horas en el tráfico, y no vi ni un solo accidente o manifestación, al parecer fue sólo caos causado por la altísima cantidad de vehículos y un poco de lluvia.

Estar cinco horas en el tráfico es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo, y manejar en la ciudad no tiene nada que ver con manejar en carretera, pues en esas cinco horas pude haber llegado tranquilamente a Izabal y en vez de eso las pasé parado en el congestionamiento vehicular; y no importa si practicas yoga o cualquier método de control de la ira, si cuenta con el mejor equipo de sonido y la colección de tu música favorita o si tienes asientos cómodos o aire acondicionado, pasar esa cantidad de tiempo en una cola de vehículos termina exasperando al más paciente y afecta directamente tu calidad de vida, y ese mismo calvario lo viven miles de guatemaltecos todos los días, incluso, cuando no llueve.

Podemos culpar al Alcalde de la ciudad por no contar con un buen sistema de transporte público a pesar de llevar veinte años gobernando la metrópoli, o por los tragantes que siempre colapsan aun con lluvias leves, pero eso es una respuesta política y al final no es totalmente cierta: aunque tuviéramos un metro subterráneo y cientos de buses modernos y los tragantes funcionaran bien igual seguiríamos colapsados, no hay un alcalde en el mundo que pueda gestionar eficientemente el caos que provoca el tercermundismo pues en la ciudad de Guatemala no solo confluye el tráfico de los vecinos del municipio, sino también el de las llamadas ciudades-dormitorio como son Mixco, Villa Nueva, Fraijanes, Santa Catarina Pinula, etc; incluso, tráfico liviano y pesado de los departamentos (principalmente de occidente) pasa por la ciudad en su ruta hacia los puertos del sur del país.

Lamentablemente el caos vehicular de la ciudad no va a cambiar hasta que exista desarrollo en los municipios y departamentos del país, hasta que los vecinos de San Cristóbal, Villa Nueva, Amatitlán, San Miguel Petapa y Santa Catarina Pinula no tengan que venir a la ciudad para trabajar sino que se abran oficinas, fábricas y centros masivos de servicios que generen empleo en esos municipios, habrá menos tráfico cuando se construya un verdadero anillo metropolitano y rutas alternas que conecten al occidente con el sur sin pasar por la ciudad y hasta que se creen sistemas ferroviarios modernos, y eso requiere inversiones millonarias y sobre todo voluntad política del gobierno central.

Desafortunadamente no veo en el corto plazo un plan de ordenamiento ni de desarrollo de ciudades intermedias o siquiera de rutas viales alternas, eso a pesar de que existe un comisionado presidencial con funciones relacionadas al tema y que es uno de los técnicos calificados en la materia.

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