ITALIA
POR AGENCIAS/AP

Los ministros de Exteriores del G7, el grupo formado por los siete países más industrializados del mundo, no encontraron hoy un consenso sobre cómo presionar a Rusia para poner fin a la guerra en Siria durante una reunión en Italia.

El canciller italiano, Angelino Alfano, afirmó tras la reunión que Moscú no debe verse «arrinconada» por la situación en Rusia. El grupo ignoró las peticiones de Londres y Washington de que se impongan nuevas sanciones sobre Moscú por su apoyo al presidente Bashar Assad, a cuyas fuerzas se culpa de un letal ataque con armas químicas la semana pasada.

Rusia debería presionar a Assad para que deje de emplear armas químicas, así como sumarse a un nuevo esfuerzo internacional para buscar la paz en Siria, añadió Alfgano.

«Debemos tener un diálogo con Rusia», concluyó.

Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, afirmó que Rusia debe elegir entre alinearse con Washington y países afines o apoyar a Assad, a Irán y al grupo insurgente Jezbolá.

No está claro si Moscú no se tomó en serio sus obligaciones en Siria o si fue
incompetente, explicó Tillerson, agregando que esta distinción «no importa mucho a los muertos».

«No podemos dejar que esto ocurra de nuevo», declaró el jefe de la diplomacia estadounidense.

Desde el ataque estadounidense en represalia por el ataque químico, miembros del gobierno de Donald Trump han dado mensajes contradictorios sobre si Washington cree que Assad debe renunciar de forma definitiva al poder, o cuándo debería ocurrir eso.

En Italia, Tillerson señaló que Estados Unidos no contempla un papel para Assad en el futuro de Siria, pero apuntó que Washington no hace hipótesis sobre cómo será su salida del poder.
El secretario de Estado estadounidense viajaba más tarde el martes a Moscú. Puede participar en el futuro de Siria, señaló, pero ponerse del lado de Assad no servirá a los intereses del país en el largo plazo.

El G7 ha apoyado con firmeza el ataque estadounidense contra una base aérea siria desde la que se cree que se lanzó el ataque, pero algunos de sus miembros prefieren una estrategia más conciliadora con Moscú.

Según el ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, Rusia e Irán deberían estar implicados en el proceso de paz, y el portavoz del Ministerio de Exteriores japonés, Masato Ohtaka, apunta que Moscú «puede jugar un papel clave».

Antes de la reunión formal de los cancilleres, Tillerson mantuvo un encuentro con altos diplomáticos en un aparte de la cumbre para acordar una estrategia para terminar con el conflicto sirio.

Además de los representantes del G7 — Alemania, Francia, Gran Bretaña, Canadá, Japón, Estados Unidos e Italia — en la reunión participaron representantes de naciones de mayoría musulmana, incluyendo Jordania, Catar, Arabia Saudí, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. La inclusión de estos países es importante porque la estrategia de Washington incluye la colaboración de las naciones de Oriente Medio para garantizar la seguridad y estabilidad en Siria tras la derrota del grupo extremista Estado Islámico.

Desde el ataque químico, el foco se ha puesto en aumentar la presión sobre Rusia, el principal aliado de Assad y que envió soldados al país para ayudar a Damasco. Estados Unidos y otros dijeron que Moscú es el responsable de la muerte de civiles a manos del presidente sirio por su papel a la hora de velar por el acuerdo de 2013 por el que el dirigente debía haber entregado su arsenal de armas químicas.

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