Juan Francisco Reyes López
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El tercero y gran problema nacional es la democratización política, nuestros constituyentes sabia y futuristamente plasmaron una República democrática en la Constitución y en la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
Pero como toda ley o leyes hechas por el hombre, en el transcurso del tiempo pueden ser superadas, no son leyes permanentes por cuanto no son leyes divinas.
En los últimos años ha habido numerosas manifestaciones de insatisfacción y de crítica hacia el gobierno central, hacia el Congreso y hacia el Organismo Judicial, es decir, nadie está a salvo de la crítica producto del error y de las omisiones que se cometen.
La única forma de avanzar y mejorar el sistema democrático de gobierno es transformando y actualizando normas constitucionales.
El mandato presidencial en el país históricamente ha sido de seis, de cinco y de cuatro años, y en el presente momento, al ser de cuatro años, produce que los gobiernos no tengan el tiempo suficiente para desarrollar verdaderos planes de gobierno.
El primer año es de aprendizaje, casi de gestación, el segundo año se supone que es de materialización de obras, igual que el tercero; y el cuarto es de cerrar y cuadrar todo lo realizado para entregar el mandato.
En síntesis, en dos años de ejecución se hace muy poco, por ello o se cambia la Constitución y se da un mandato de seis años, donde exista a los tres años la posibilidad de revocación o revisión del mandato presidencial, o se concede el derecho legal de reelección como existe en Estados Unidos de Norteamérica, en el Ecuador, en Bolivia, en Brasil, en Nicaragua y en otros países.
Históricamente en Guatemala, el gobierno que más obra pública realizó fue el de Ubico y el que más transformaciones sociales hizo fue el de Arévalo, ambos tuvieron suficientes años para hacerlo.
El Congreso de la República y las alcaldías antes se elegían al principio y a mediados del gobierno, y sin duda alguna es positivo que sus mandatos puedan ser convalidados o revocados por la población.
Los diputados y los alcaldes que se eligen por un solo periodo no tienen la experiencia ni la eficiencia que tienen los que son electos por más de un periodo.
En muchos países el Organismo Legislativo está integrado por dos cámaras, senado y congreso, en Estados Unidos de Norteamérica los senadores son electos por ocho años y los diputados por dos; México también tiene dos cámaras con diferentes periodos.
Guatemala es un país donde el Organismo Legislativo está constituido por una sola cámara, sin embargo, positivamente hay diputados distritales y diputados nacionales, lo que permite que tanto los líderes departamentales como los líderes nacionales puedan ser igualmente electos, sin embargo, una variación que mejoraría la integración del Congreso seria que a los diputados nacionales se les eligiese con los pre requisitos de ser mayores de 40 años y profesionales colegiados activos, con lo cual sin duda alguna el intelecto de los diputados mejoraría.
También si se aumenta el periodo de gobierno a seis años, debería de elegirse a los diputados al Congreso a medio periodo de gobierno y así renovar la representatividad, premiando o sancionando la gestión del gobierno.
Esas y otras ideas deben plasmarse en la reforma constitucional y en la subsiguiente reforma electoral y de partidos políticos.
¡Guatemala es primero!