Alfredo Saavedra
Por miles se cuentan las historias escritas sobre Jesús, en libros con base en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, donde se concentra la vida del hombre de mayor relevancia y fama en el mundo cristiano más no así en el universo musulmán que en términos demográficos sobrepasa a la población de la geografía de Occidente que aglomera al mayor número de seguidores del culto cristiano, conforme estadísticas oficiales.
Las monografías sobre Jesús son tan abundantes que tomarlas como modelo para escribir sobre el llamado Salvador del Mundo, requeriría otro libro más, fuera de los límites y propósitos de esta columna. Sin embargo una condensación sobre quién era Jesús, como prefacio de la publicación anual y especial de National Geographic, parece resumir de forma convencional esa información y que en una traducción libre del idioma inglés, se reproduce a continuación.
“Como billones de seres humanos, Jesús de Nazareth, el hombre, pasó a través de la historia como una chispa por un instante y luego no más. Este, probablemente Yeshua en vida, no dejó trazos físicos de su existencia, no trabajos materiales, no escritos permanentes sino tan solo garabatos en la arena, disueltos por el viento. Es decir, ni más ni menos que otro campesino de una remota región del Imperio Romano. ¿Qué consistente evidencia tenemos de este hombre? Tristemente, casi nada. Sabemos que tuvo devotos seguidores, algunos de ellos dieron cuenta de su vida, años después, para gente que no sabía leer y escribir. También sabemos de su muerte ─por medio de crucifixión, por el crimen de rebelión, en evento que sobresalió entre muchos otros en su tiempo y lugar.
Crucifixión, entre muchas otras, ejecutadas en Palestina durante la cuarta década del primer siglo, cuando los romanos mantenían su dominio sobre esa distante y problemática región. De esa forma la corta vida y violenta muerte de este oscuro judío pronto tuvo un gran significado que eclipsó las páginas en blanco de sus años en la Tierra, saturando después las bibliotecas con descripciones de lo que fue su vida. Con el advenimiento de los siglos, la religión creada en su torno ─el Cristianismo─ vino a cambiar el curso de la historia y se convirtió en una dominante fe en el mundo, contando con una estimada cantidad de 2,2 billones de adherentes desperdigados por el globo. Todo eso, por supuesto, tuvo que ser inconcebible para los habitantes de Palestina, cuando Jesús anduvo por sus caminos, incluyendo a los que le llamaron el Mesías.” Hasta aquí lo reproducido.
Sin embargo, casi fueron contemporáneos de Jesús, el historiador judío Flavio Josefo y el escritor latino Cornelio Tácito, que al parecer no hacen mención del Nazareno, aunque grupos cristianos les atribuyen testimoniar sobre su existencia. Aparte de la bibliografía oficial, los libros con ediciones en español, “La otra historia de Jesús”, de Fida Hassanain o el volumen controvertido de Jorge Blaschke “Jesucristo o la historia falsificada” aportan interesantes puntos de vista respecto del tema, sin descontar el secular texto de Rogelio de Ibarreta, “La religión al alcance de todos”.
Al morir Jesús, ¿se fue “al cielo”, como se expone en la Biblia, o al sobrevivir se quedó en la Tierra y hasta “contrajo matrimonio” con María Magdalena, teniendo unos niños muy lindos, como se ve en el filme de Martin Scorsese, “La última tentación de Jesucristo”, entre los tópicos más bien especulativos? Lo veremos en la continuación de esta columna.