Londres/Washington
DPA

En una medida inusual, un portavoz del servicio secreto británico GCHQ negó cualquier participación de los británicos en las acusaciones del presidente estadounidense Donald Trump de que su predecesor Barack Obama le espió, informa hoy el diario británico «The Guardian».

El portavoz calificó las acusaciones de «ridículas» y negó cualquier posible implicación de los servicios secretos británicos

Hace dos semanas, Trump escribió en Twitter que Obama hizo que se le espiara en su Torre Trump, en Nueva York, durante la campaña electoral el año pasado. Hasta la fecha el presidente no presentado ninguna prueba de sus acusaciones, pero las mantiene.

Un jurista que colabora con el canal estadounidense Fox News dijo, en base a fuentes anónimas, que el servicio secreto británico GCHQ le pasó al presidente Obama transcripciones de conversaciones telefónicas, que procedían de un PC del servicio secreto estadounidense NSA.

«Las acusaciones recientes formuladas por el juez y contertulio Andrew Napolitano, que se le pidió al GCHQ, «una supervisión del teléfono» del entonces designado presidente son una sandez», dijo el portavoz según reporta «The Guardian» y la BBC. «Son completamente ridículas y no se les debería hacer caso».

Destacadas figuras del partido de Trump, el Republicanos, han asegurado que no tienen indicio alguno de que se espirara a Trump. El último en pronunciarse al respecto fue el jueves el presidente del Comité del Servicio Secreto del Senado, el republicano Richard Burr.

El portavoz de Trump, Sean Spicer, reiteró el jueves las afirmaciones de Napolitano sobre el servicio secreto británico durante la rueda de prensa. Al ser preguntado si Trump respalda esas acusaciones, Spicer replicó: «Las apoya».

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