ESTOCOLMO
Agencia DPA
Estos científicos «sortearon ingeniosamente» una limitación de la miscroscopía óptica y mejoraron la tecnología para poder ver partículas menores a un tamaño de media longitud de onda, dice un comunicado de la Academia Nobel.
Durante mucho tiempo, la resolución de la microscopía óptica tenía una limitación natural por la que no se podían ver estructuras menores a media longitud de onda, equivalente a 200 nanometros, es decir alrededor del doble del tamaño de un virus.
Con la ayuda de moléculas fluorescentes, Bentzig, Moerner y Hell llevaron «la microscopía óptica a la nanodimensión».
La tecnología desarrollada por los tres investigadores permite estudiar células vivas en su máximo detalle molecular y producir «nuevos conocimientos de enorme beneficio para los seres humanos», dice el comunicado de la Real Academia Sueca de Ciencias.
Gracias a la nanoscopía, «los científicos pueden visualizar los caminos que siguen moléculas individuales en células vivas», añade.
«Pueden ver cómo las moléculas crean sinapsis entre neuronas en el cerebro, pueden monitorear proteínas involucradas en las enfermedades de Parkinson, Alzheimer y Huntington cuando se juntan, pueden seguir proteínas individuales en óvulos fertilizados cuando se dividen formando el embrión», ejemplifica el comunicado.
«El trabajo de los galardonados hizo posible seguir procesos moleculares en tiempo real», indicó Sven Lidin, presidente del Comité Nobel de Química.
«Esto hasta nos mostró los cambios dinámicos estructurales de neuronas en el cerebro, que ocurren durante los procesos de aprendizaje», indicó. La nueva microscopía «no nos dice sólo dónde, sino también cuándo y cómo».
Hell, ciudadano alemán nacido en Rumania, es director del Instituto Max Planck de Química Biofísica en Gotinga, Alemania. Fue reconocido con el Nobel por desarrollar la microscopía STED (stimulated emission depletion). Esta técnica usa dos rayos láser para obtener imágenes menores a 0,2 micrómetros.
Los estadounidenses Betzing, del Instituto Médico Howard Hughes en Virgina, y Moerner, de la Universidad de Stanford, trabajaron por separado en el desarrollo de la microscopía unimolecular.
Este método se basa en la posibilidad de encender y apagar la fluorescencia de moléculas individuales.
De esta manera, se pueden tomar diferentes imágenes, que luego se superponen obteniendo «una superimagen densa» con una resolución nanométrica.
En una comunicación telefónica con periodistas en la Real Academia Sueca de Ciencias, Hell dijo estar «totalmente sorprendido» por el Nobel.
«Me tomó un tiempo asimilarlo», indicó. El especialista explicó que su descubrimiento ayudó a «entender cómo funciona la célula» y a «comprender qué funciona mal si la célula está enferma».
Por su parte, Betzig reaccionó «feliz, pero ante todo sorprendido» al ser informado de que era uno de los ganadores del Premio Nobel de Química. «Estoy como paralizado».
Dijo que nunca había contado con recibir el Nobel. «Creo que todos los científicos se imaginan alguna vez cómo sería eso de estar en Estocolmo. Pero uno no cuenta con ello seriamente. Uno espera cientos de cosas en la vida, pero no esto», indicó.
El galardón está dotado con ocho millones de coronas suecas (870.000 euros/1,1 millones de dólares), de los cuales cada uno de los ganadores recibirá un tercio. Será entregado el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del creador de los premios, Alfred Nobel, en una gala que se celebrará en Estocolmo.