Desde que se empezó a hablar de la necesidad de enfrentar los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad, hasta llegar al mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, ha habido muchos que dicen que esa tarea la podemos hacer solos los guatemaltecos. La verdad, es que no habría que esperar a que la CICIG se vaya para demostrarlo.

A ver quién de los que plantea dicho argumento va a pasar a ser una voz consciente y determinante para denunciar que las Comisiones de Postulación han sido secuestradas por poderes paralelos que se encargan de que siempre haya Stallings, Valdeses, Medinas, Charchales, Quezadas, Molinas y todos los que se han beneficiado del operar de los grupos de control real del sistema.

O habrá que ver qué líder urbano encabeza la lucha contra sus propios amigos, socios, conocidos y/o simples vecinos que han hecho sus millones a partir del poder político o por haber defraudado al Estado. Para nadie es un secreto que esta es la forma en que muchos generan riquezas que otros envidian en el país, pues la sociedad urbana no tiene la capacidad de condena social.

A ver quién es el que se anima a entrarle a los grupos que, dentro del Registro de la Propiedad, la PNC, el Ejército, todos los ministerios, el Congreso, las Cortes, el IGSS, la Presidencia y Vicepresidencia, se han dedicado a garantizar que el Estado funciona siempre para los mismos y condena a la mayoría.

A ver quién se postula con la misma pasión con que critican a la CICIG y al Ministerio Público y echan una manita para ir a tocar las puertas de los narcos a los que se tiene que capturar, en vez de criticar a quienes sí lo están haciendo.

Es que algunos dicen que hay una partida de metiches extranjeros que vienen a querer hacer el “trabajo que es de los guatemaltecos”; lo que no encontramos es a más guatemaltecos que quieran hacerlo, excepto los que ya están apuntados.

Y ahora que se habla del tema de la jurisdicción indígena, es evidente que muchos piden que se mantenga la “unidad” cuando uno está adentro y el otro, el pobre, invisibilizado y abandonado, sigue quedando fuera.

A ver pues quién nos demuestra que está demás tener a Iván Velásquez, y a la CICIG junto al Ministerio Público encabezando los cambios verdaderos del sistema. Ojalá y se junte a miles de personas interesadas parar de verdad la impunidad y no sólo en amasar fortunas fáciles.

Artículo anteriorVueltas que da la vida o simple doble moral
Artículo siguienteDelpozo apuesta por el color en la Semana de la Moda