POR JOSÉ DEL ÁGUILA
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Los recientes señalamientos del Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en contra de varios magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) colocan en entredicho la honorabilidad de los altos funcionarios del Organismo Judicial y provocan desconfianza en la población, apuntan analistas.
Andy Javalois, consultor de la Fundación Myrna Mack, señala que los procesos de elección que se han realizado a través de las Comisiones de Postulación han hecho que varios magistrados carezcan de un requisito fundamental: el de la reconocida honorabilidad.
“La mecánica para integrar la CSJ pasa por la Ley de Comisiones de Postulación y ha llevado a muchas –personas– que en apariencia reúnen requisitos formales, pero ahora nos damos cuenta de que el requisito más importante, como el de la reconocida honorabilidad, se está viendo en entredicho”, afirmó.
Oswaldo Samayoa, del Centro de Estudios de Guatemala (CEG), asegura que la falta de credibilidad que enfrenta la CSJ conlleva implicaciones severas para la administración de justicia.
“La gente ya no se acerca al sistema de justicia a sabiendas de que todo se pueda manejar por favores, dinero e influencias; y eso es dañino. Nos pone en zozobra y la ciudadanía podría optar por tomar justicia por su propia mano”, apunta Samayoa.
Los consultados coincidieron en que es necesaria la renuncia de los magistrados que enfrentan señalamientos por los órganos de investigación a fin de depurar el sistema.
Exige renuncia de Stalling
El abogado Ramón Cadena presentó un memorial a la Presidencia del Organismo Judicial donde solicita la renuncia de la magistrada vocal VII, Blanca Aída Stalling, con el fin de que las investigaciones que se siguen en su contra se realicen “sin obstáculos de ningún tipo”.
En el documento, el abogado afirma que el juez Carlos Ruano Pineda, que recientemente denunció presiones por parte de Stalling, “cumplió con su deber y fue un acto correcto, ético y valiente, que de ninguna la magistrada denunciada debió calificar de forma peyorativa (…)”.