Por KRISTA LARSON y MARÍA CHENG
MONROVIA / Agencia Ap
Aunque los países tratan de reunir más recursos las necesidades amenazan con aumentar a una escala quizá imposible de superar.
D.J. Mulbah, un niño de 14 años, fue trasladado por su madre y abuela en la búsqueda desesperada de una cama en una clínica operada por Médicos Sin Fronteras en Monrovia, la capital de Liberia. Demasiado débil para mantenerse en pie, fue llevado en un taxi junto con su mochila y un cubo para usar en caso de que vomitara. Luego fue acostado en el piso de tierra entre las mujeres preocupadas.
«Ha estado enfermo de diarrea», dijo su madre mientras le limpiaba el sudor de la frente con las manos. «Hace días llamamos a una ambulancia pero nunca llegó».
Las camas se llenan tan pronto como se construyen las clínicas. Las sirenas de las ambulancias resuenan entre el tránsito automovilístico. A menudo no hay donde llevar a los enfermos, excepto a los «centros de espera» donde aguardan hasta que se desocupe una cama en alguna clínica donde se atiende a enfermos de ébola.
Hacia las 8 de la mañana hay decenas de personas posiblemente enfermas de ébola sentadas en el suelo a las afueras de la clínica con capacidad cuya puerta está cerrada con candado.
Una enfermera de urgencias se aproxima, con el sonido de su voz amortiguado por la mascarilla y una protección plástica que cubren su cara. DJ es aceptado en clínica y esboza una sonrisa tenue. Siete de las 30 camas que quedaron disponibles el sábado por la mañana fueron desocupadas por sobrevivientes. El resto murió.
Estadísticas analizadas por The Associated Press, así como entrevistas realizadas con expertos, algunos de ellos presentes en uno de los peores desastres sanitarios de la era moderna muestran qué tan grandes son las necesidades y lo poco que ha hecho el mundo para responder.
Algunos trabajadores de salud extranjeros han peleado valientemente contra el virus y algunos hasta se han contagiado mientras atienden a los pacientes. Los expertos advierten que la ventana de oportunidad para combatir al virus puede cerrarse pronto a menos que se cumplan las promesas de enviar más ayuda.
La capacidad actual de camas para atender a los enfermos de ébola en Liberia, Sierra Leona, Guinea y Nigeria es de unas 820, muy por debajo de las 2 mil 900 que se requieren actualmente, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Recientemente se prometió que se habilitarían 737 camas, pero aunque se construyan esas instalaciones aún había un déficit de 2 mil 100 camas.
La escasez de médicos también es grande. La OMS calcula que se necesitan entre mil y 2 mil trabajadores sanitarios en el occidente de África. Más de 200 personas que hacen trabajo médico han muerto a causa de la enfermedad mientras tratan de salvar a los enfermos, lo que complica los trabajos para reclutar más médicos.
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, que tiene más clínicas para atención de ébola que nadie, tiene actualmente a más de 248 trabajadores en la región.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó el envío de más de 3 mil soldados al occidente de África para capacitar a trabajadores de salud y construir más de una decena de hospitales de campo con 100 camas cada uno, en los que habrá secciones para personal médico contagiado en Liberia.
La doctora Joanne Liu, presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras, pidió a líderes mundiales que tomen «medidas inmediatas».
«Le realidad en el terreno hoy es esta: El prometido aumento de la ayuda no ha llegado aún», expresó.
MSF y otras organizaciones humanitarias distribuyen equipos de cuidado casero en los que hay mascarillas y guantes para evitar que quienes esperan ser atendidos contagien a sus familiares en casa, aunque sólo se han distribuido unos miles de juegos en Monrovia, una ciudad de 1.6 millones de habitantes.
«Tratamos de construir centros de tratamiento a toda velocidad pero los pacientes de reciente ingreso sobrepasan nuestra capacidad para tenerlos listos», dijo el doctor Frank Mahoney, codirector del equipo de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus gilas en inglés) que trabaja en Liberia.
A menos que se controle la situación, el brote puede contagiar a hasta 1.4 millones de personas para finales de año alrededor de la mitad de ellas podría morir, estimó esta semana el CDC. Se calcula que más de 3 mil han muerto a causa del ébola en Liberia, que se transmite a través del contacto con líquidos corporales del enfermo.
Una de las principales prioridades es la entrega de equipo de protección como guantes, mascarillas y botas. La OMS envió unos 240 mil trajes protectores además de las provisiones enviadas por otras agencias. Se ha informado que clínicas que carecen de recursos lavan y vuelven a usar trajes de protección que debería ser quemado luego de usarse.
Centroamérica se coordina
Las autoridades de Centroamérica comenzaron a coordinar acciones para enfrentar una eventual llegada del ébola a la región, debido a que ya se reportó el primer caso confirmado en Estados Unidos, informó hoy el gobierno en Nicaragua.
En declaraciones a medios oficiales, la primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, advirtió que es urgente tomar medidas preventivas porque el ébola «puede llegar en cualquier momento» a Nicaragua y al resto de países del Istmo.
Murillo indicó que una de las primeras acciones a tomar será una videoconferencia y posteriores reuniones de los ministros de Salud de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, organizadas por el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y el Proyecto Mesoamérica.
En los encuentros participarán también los directores de Aduanas y las autoridades de Migración «para coordinar todos los esfuerzos necesarios en nuestra región, para estar preparados ante este virus terrible, el ébola», añadió.
«Queremos estar preparados en nuestra región, compartir todo lo que podamos, hacer simulacros de atención a pacientes potenciales (porque) esto no es virtual, es real y puede llegar en cualquier momento», añadió.
Murillo recordó que el ébola ha causado la muerte de miles de personas en el noroeste de Africa y es una enfermedad muy peligrosa y desconocida en Latinoamérica, por lo que la prevención es una tarea urgente.
El jueves, el gobierno de Nicaragua anunció que aplicará vigilancia extrema en aeropuertos y fronteras terrestres para detectar posibles casos de ébola, dado el intenso flujo migratorio entre este país y Estados Unidos, donde residen casi medio millón de nicaragüenses.
Las medidas incluyen la instalación de cámaras infrarrojas para detectar el posible ingreso al país de personas en estado febril, y un registro de viajeros con síntomas de la enfermedad, a quienes el Ministerio de Salud dará seguimiento mediante llamadas o visitas.
Un control similar se ha venido aplicando en los últimos meses para detectar el ingreso de personas infectadas con el virus chikungunya, enfermedad que ya reporta 29 casos positivos en el país.
GANADORES Y PERDEDORES
DPA
Una cervecería quiere crecer en Liberia. «Open your world» (Abre tu mundo) es el eslogan publicitario de la empresa holandesa, pero en su camino se cruzó el ébola, que ha dejado aislado este país, al igual que Sierra Leona y Guinea.
La mayoría de aerolíneas han suspendido los vuelos y el comercio exterior está prácticamente paralizado, mientras que la agricultura está al borde del colapso.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional temen un retroceso «catastrófico» de la economía y el comercio en estos países del África Occidental que ya tienen una economía débil. El Producto Interior Bruto en Liberia podría retroceder en dos dígitos el próximo año, en Sierra Leona casi un 9 por ciento y en Guinea un 2.3 por ciento.
El ministro de Comercio de Liberia, Axel Addy, exigió celeridad en la ayuda internacional para combatir el ébola. «Nos encontramos en una carrera contrarreloj», dijo. La epidemia está filtrándose en todos los sectores de la economía, que el año pasado creció un 8 por ciento. Las exportaciones de mineral de hierro y látex, las dos principales del país, están casi paralizadas. Asimismo también corre peligro el suministro de alimentos básicos, pues las existencias de arroz podrían acabarse a fines de noviembre.
La situación no es muy diferente en Sierra Leona. Amplias partes del país han sido declaradas en cuarentena y ahí viven más de dos millones de personas. Los agricultores no pueden llevar sus productos a los mercados o a los intermediarios.
«Las cosas se pudren rápidamente y si no las podemos vender, entonces pronto no tendremos nada que comer», dijo Kaditu Kamara, una mujer que vive de lo que cosecha en el distrito de Port Loko, uno de los afectados por las medidas de aislamiento. «Nuestro negocio se ha hundido. Lo poca comida que todavía nos queda se habrá acabado pronto», se lamentó Alhaji Mansaray, un pequeño tendero.
Pero en la crisis del ébola no hay sólo perdedores. En Nigeria, un país que con más de 170 millones de habitantes es el más poblado de África, el virus letal ha hecho florecer el comercio online. En Jumia, la mayor empresa de venta en Internet del país, se han triplicado los pedidos de productos de uso cotidiano desde que estalló la epidemia. También se ha registrado un fuerte incremento en las empresas rivales Konga y Kaymu.
En Nigeria tan sólo se han registrado ocho de las más de 3 mil muertes por el ébola en África Occidental, pero las imágenes de personas muriendo en las capitales de Liberia y Sierra Leona, Monrovia y Freetown, respectivamente, han provocado que los nigerianos eviten las grandes concentraciones de personas en los supermercados o en los centros comerciales, señala la revista «The Economist». Y en las tiendas online están sacando partido de ello, según ellos mismos aseguran. Además han registrado una fuerte demanda de productos sanitarios y de desinfección.
Pero un particular «ganador con el ébola» es todo aquel que apuesta de forma consciente por las acciones de empresas cuyos beneficios pueden aumentar con la crisis. Los títulos de la empresa canadiense de biotecnología Tekmira Pharmaceuticals han subido más de un 20 por ciento en las últimas semanas. Tekmira es una de las compañías que están trabajando en el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud espera contar con decenas de miles de dosis antes de 2015.
En la empresa de venta de acciones Lynx se señala que confían en que pronto llegue al mercado un remedio «útil, confiable y sobre todo económico para que la población lo pueda adquirir».
Y sin escrúpulos se especula incluso con recursos naturales y alimentos, los denominados «futures», que en el caso de una mayor expansión de la epidemia se encarecerán rápidamente. Por ejemplo se registra ya una clara subida en el precio del cacao.
¿Y qué tiene que ver eso con el ébola? El diario «The Wall Street Journal» lo explica así: El 60 por ciento de la producción mundial de cacao procede de Costa de Marfil y Ghana. Y ambos países tienen fronteras no controladas con los países afectados por el ébola como Liberia y Guinea.
Si la enfermedad llega a las regiones del cacao, la producción podría caer. «La última vez que las exportaciones de Costa de Marfil se paralizaron, durante la guerra civil a fines de 2010 y principios de 2011, los precios de la compra de cacao a futuro aumentaron hasta un 32 por ciento».