AP/REDACCIÓN LA HORA

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tomará posesión el próximo 20 de enero. Las políticas migratorias del Gobierno entrante mantienen en incertidumbre a millones de migrantes que viven en ese país, luego de que durante su campaña electoral Trump ofreció deportar a los 11 millones de inmigrantes que residen sin autorización y anular el alivio migratorio adoptado por el presidente Barack Obama, conocido por sus siglas en inglés como DACA, y que actualmente protege de la deportación a casi un millón de inmigrantes traídos sin autorización por sus padres cuando eran niños.

PROMESA DE DEPORTACIÓN PROVOCA REACCIÓN AGRARIA

Días después del triunfo electoral de Donald Trump, con sus promesas de deportar a millones de personas que se encuentran en el país sin autorización y de reforzar la frontera con México, el agricultor californiano Kevin Herman adquirió maquinaria por valor de 600 mil dólares y redujo el número de trabajadores que necesitará para la próxima cosecha.

Herman, que cultiva higos, caquis y almendras en el estado agrario más productivo del país, dice que las declaraciones de Trump lo impulsaron a hacer la compra.

Otros en el sector agrícola californiano dicen que las declaraciones duras de Trump sobre los inmigrantes sin autorización —entre ellos la amplia mayoría de los trabajadores de campo— también los impulsaron a actuar.

Piden a sus representantes en el Congreso que aleccionen al próximo presidente acerca de la mano de obra que alimenta al país, y aseguran a sus trabajadores que los protegerán.

Joe Del Bosque, del valle de San Joaquín, reunió recientemente a sus 20 empleados permanentes en su almuerzo anual de fin de año.

La conversación tomó un giro de gravedad, dedicada principalmente a la inmigración y las declaraciones de Trump, afirmó.

Del Bosque dijo a su gente que se asegurará de hacer saber al gobierno el papel crucial que representan en el sector agrario. Quiere que sus gerentes transmitan el mensaje a los 300 trabajadores estacionales que contrata para la cosecha.

Leticia Alfaro, supervisora de seguridad alimenticia en la finca, expresó que muchas de sus amistades que laboran en los campos carecen de documentación en regla y toman las amenazas de Trump muy en serio.

Las declaraciones de Trump los aterran, dijo.

Temen que los deporten y separen de sus hijos que nacieron en Estados Unidos, añadió. Una vez que asuma Trump, se preguntan si será peligrosa una simple salida a la tienda a comprar alimentos, o si habrá retenes donde les pedirán sus documentos.

Las declaraciones de Trump provocaron fuertes reacciones de California, que produce casi la mitad de la fruta, verdura y fruta seca del país por valor de 47 mil millones de dólares anuales. Los expertos dicen que sus declaraciones repercuten en todo el país.

Texas, Florida y Georgia son estados con grandes comunidades de migrantes que dominan la construcción, la atención de salud y los servicios alimentarios, dijo David Zonderman, historiador del trabajo en la Universidad Estatal de North Carolina.

«California puede ser la zona de máximo impacto», indicó en referencia a las familias inmigrantes que viven en las sombras. Pero el problema no se limita a California.

En sus actos de campaña, Trump provocó ovaciones cada vez que habló de deportar a la gente que se encuentra en el país sin autorización, y que suman unos 11 millones. Suavizó luego su posición al afirmar que deportará a los 3 millones que tienen prontuarios criminales.

Algunos agricultores dicen que el cambio postelectoral es la señal de que los alardes no se harán realidad. Después de todo, es un empresario como ellos. Pero otros dicen que el cambio solo revela la naturaleza imprevisible del presidente electo.

«Nuestros trabajadores tienen miedo», agregó Joe García, un contratista agrario que emplea a unas 4 mil personas cada año para la cosecha de la uva. «Si ellos se preocupan, nosotros nos preocupamos».

INTENTARÁN CONSTRUIR MURO SIN LEY

En tanto, los congresistas republicanos y el equipo de transición de Trump están explorando la idea de poder cumplir la promesa del presidente electo de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México sin tener que aprobar una nueva ley, dijeron ayer funcionarios.

Según el plan en desarrollo, el gobierno de Trump aprovecharía las leyes vigentes que autorizan la instalación de un cerco y de dispositivos tecnológicos a lo largo de la frontera sur del país. Al Congreso se le solicitaría que garantice suficiente dinero suficiente para tomar medidas adicionales, pero no se aprobaría una ley única para autorizar un nuevo muro.

El plan fue confirmado por dos funcionarios del Congreso y un funcionario del equipo de transición con conocimiento de las conversaciones; todos solicitaron no ser identificados ya que no estaban autorizados para hablar públicamente sobre el asunto. Los detalles fueron escasos y los funcionarios enfatizaron que no se han tomado decisiones finales al respecto.

La estrategia podría ser sorpresiva para algunos, pero evitaría una batalla legislativa que podría perder Trump si trata de conseguir que el Congreso apruebe una legislación única que autorice el tipo de muro fronterizo que prometió durante la campaña.

No está claro qué tanto podría hacerse a lo largo de la frontera de 3 mil 200 kilómetros (2 mil millas) sin acciones adicionales del Congreso. Los legisladores aprobaron la Ley de Cerco Seguro de 2006, pero ya se ha construido la mayor parte de esos 1 mil 125 km (700 millas).

Sin embargo, algunas áreas están en mucho mejor estado que otras, y los tramos largos son de valla que impiden el paso de vehículos pero no de transeúntes.

Cualquier medida que se pudiera tomar sin la aprobación del Congreso, probablemente se quedaría corta respecto al extravagante muro fronterizo que Trump dijo constantemente que pagaría México. Y a pesar de la participación del Congreso en la asignación de cualquier gasto, tal enfoque podría hacer que Trump fuera acusado de tratar de soslayar a la Cámara de Representantes y al Senado para tomar acciones unilaterales, algo por lo que criticó reiteradamente al presidente Barack Obama.

Una iniciativa de gastos que incluya recursos para la construcción en la frontera también podría provocar un enfrentamiento legislativo por la posible oposición de los demócratas en el Senado.

Varios legisladores y funcionarios del Congreso afirmaron que el gobierno podría tener flexibilidad significativa para tomar medidas adicionales sin la aprobación del poder legislativo.

«Hay muchas cosas que se pueden hacer con las leyes vigentes», dijo el representante republicano de Florida, Mario Díaz Balart, quien ha propuesto desde hace mucho tiempo una reforma integral de inmigración, aunque enfatizó que sería el Congreso el que tomaría una solución perdurable sobre inmigración. «No se puede minimizar el potencial impacto de lo que puede realizar el gobierno con la ley», señaló.

Sin embargo, algunos legisladores de línea dura en materia de inmigración ya han expresado su deseo de que el Congreso vote, dada la prominencia que tuvo el muro durante la campaña presidencial de Trump, y su deseo de actuar sobre el asunto.

El compromiso de Trump de construir un muro impenetrable de concreto a lo largo de la frontera sur fue su compromiso más distintivo de campaña.

«¡Construyan el muro!» solían gritar los simpatizantes del magnate en los actos de campaña. «¿Quién va a pagarlo?», les preguntaba Trump. «¡México!».

Trump a menudo prometía que el muro sería construido de concreto con varilla corrugada y acero, que sería tan alto como el techo de los escenarios donde se presentaba y que tendría un «hermoso portón» para permitir el ingreso de los inmigrantes autorizados.

La mayoría de los expertos consideraron esas promesas poco realistas e inviables, y Trump afirmó en ocasiones que el muro no tendría la extensión de toda la frontera gracias a barreras naturales, como los ríos.

Después de que ganara la presidencia, Trump afirmó que estaría dispuesto a tramos largos con cercas.

CONSTRUYE EQUIPO

La abogada Zina Bash asesorará a Donald Trump desde la Casa Blanca sobre política migratoria y asuntos legales, se informó ayer.

El equipo de transición del presidente electo anunció en un comunicado que Bash integrará el consejo de políticas internas, un equipo multidisciplinario de asesores presidenciales, para lo cual aceptará eximirse de trabajar como cabildera durante los cinco años siguientes a sus labores en la Casa Blanca.

«Estos expertos talentosos, diestros y versados darán grandes aportes al programa de gobierno proestadounidense del presidente electo», dijo el próximo jefe de gabinete Reince Priebus refiriéndose a Bash y a otras designaciones anunciadas ayer.

El equipo de Trump señaló que Bash habla español, se desempeñó como subdirectora de comunicaciones de la campaña presidencial del senador republicano Ted Cruz y como asesora senior de la Comisión Judicial del Senado, desde la oficina del senador republicano John Cornyn.

Bash estudió derecho en Harvard y obtuvo un master en administración de empresas en Wharton Business School. Fungió además como asistente del magistrado de la Corte Suprema estadounidense Samuel Alito.

LO ESPERAN CON PROTESTAS

Una coalición de organizaciones defensoras de inmigrantes sin autorización convocó a una jornada nacional de protestas el sábado 14 de enero para rechazar las propuestas del presidente electo Donald Trump.

United We Dream, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU por sus siglas en inglés), Center for Community Change y Fair Immigration Reform Movement afirmaron que los 40 eventos —entre marchas, vigilias y concentraciones multitudinarias en al menos 20 estados de la unión americana— serán los primeros de varias previstos durante el gobierno de Trump, quien asumirá el poder el 20 de enero.

Kica Matos, directora de derechos migratorios del Center for Community Change, calificó a la jornada de protestas como «el comienzo de una batalla prolongada que pensamos se extenderá durante cuatro años»

«Nuestro movimiento está listo para enfrentar a este gobierno en cada instancia», dijo Matos durante una conferencia telefónica con reporteros. «Ésta es una situación nueva y estamos preparándonos para librar la batalla de nuestras vidas».

Los organizadores dijeron haber confirmado la asistencia del representante demócrata Luis Gutiérrez a la iglesia Metropolitan AME de la capital estadounidense, donde esperan congregar a 2 mil 500 personas a partir de las 11 de la mañana del sábado.

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