Por Joseline Ayala
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Durante el 2016 la gestión del Congreso ha sido calificada como una de las mejores de la región por la red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa, pero de acuerdo a Ángel Ramírez, representante de la organización Congreso Transparente, ese acierto fue únicamente a nivel administrativo.

De acuerdo a Ramírez, el legislativo continuó de alguna manera con los procesos “tradicionales” de opacidad en temas como la elección de la Junta Directiva, que ha sido sumamente cuestionada y en temas como las votaciones con acuerdos o alianzas por temas específicos.

“A nivel político sabemos que las mayorías pueden más por lo que hemos visto que el Congreso, de nuevo, volvió a fallar en los mismos temas que la población esperaba que cambiaran”, indicó.

“NO TODO ES MALO”

A nivel latinoamericano, Guatemala ocupó el cuarto lugar en el ranking de transparencia de los órganos legislativos y a consideración de Ramírez, el Congreso tuvo un cambio radical este año a nivel administrativo.

“La experiencia y la respuesta del presidente Taracena demostró que a nivel administrativo fue un tema que siempre estuvo bien controlado y uno de esos ejes fue a nivel del acceso a la información, en promedio este año se alcanzó un 98% de cumplimiento en el manejo administrativo”, indicó.

Ramírez analiza el panorama de la gestión de la nueva Junta Directiva para el 2017 y asegura que será “complicado y difícil de superar” lo que podría arruinar la poca o mucha legitimidad y la confianza que el Congreso pudo haber alcanzado.

“Recordemos que en temas de democracia y cambios el Congreso pudo haber estado a la altura del momento político de Guatemala, pero ya veremos el resultado de los acuerdos a los que se llegaron para que los diputados electos ocupen los puestos de la nueva Junta Directiva que podrá borrar ese avance”, dijo.

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