Por: Douglas Gámez
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La presión ciudadana que logró la derogación del acuerdo municipal que avalaba un aumento salarial para el alcalde de Ixcán, Quiché, Raúl Gutiérrez, debería motivar a los guatemaltecos a retomar su papel de auditoría en 2017, para fiscalizar principalmente manejos dudosos en las municipalidades más grandes del país como la de Guatemala, afirmaron analistas.
“En las alcaldías se evidencian más casos de corrupción, los alcaldes se aprovechan del poder que tienen. En 2017 debemos procurar más presión ciudadana similar, hay que fiscalizarlos, los guatemaltecos están más atentos de lo que sucede en el poder local”, destacó Stephanie Rodríguez del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (ICCPG).
MUNICIPALIDAD DE GUATEMALA
A consideración de Rodríguez, lo sucedido en Ixcán debe ser emblemático para que la ciudadanía solicite la rendición de cuentas a los alcaldes con más periodos en el poder y a los que manejan una mayor cantidad de fondos públicos, en ese sentido enfatizó en la Municipalidad de Guatemala.
La Municipalidad de Guatemala cuenta con uno de los presupuestos más altos en todo el país, y ha sido señalada por la utilización de fideicomisos.
“Es difícil conocer el manejo de los fideicomisos, Álvaro Arzú ha permanecido por varios años en el cargo, junto a otras comunas como en Villa Nueva o en los departamentos del país vemos cacicazgos que deben ser auditados”, destacó.
IXCÁN, COMO EJEMPLO
Helen Mack, resaltó el papel de los pobladores de Ixcán, porque comprendieron su derecho a exigir cuentas, en un ambiente de pobreza y falta de oportunidades.
“Es una lección lo que aprendimos de la ciudadanía de Ixcán y que debemos reflejar en otras municipalidades del país, ahora deben concentrarse en dar acompañamiento a lo conseguido y que el Alcalde empiece a cumplir con las solicitudes de la ciudadanía”, comentó Mack.
Según información publicada por el medio electrónico ojoconmipisto.com, los pobladores de Ixcán manifestaron ayer por la tarde frente a la alcaldía de la localidad, exigiendo que el jefe edil diera marcha atrás en el aumento a su salario de Q18 mil a Q35 mil, lo cual justificó en su momento como una medida para evitar actos de corrupción. El Alcalde también debió solicitar perdón en público y mencionó que sus acciones buscaban impulsar la participación ciudadana.