Alepo
DPA
La largamente convulsionada ciudad de Alepo, en el norte de Siria, se encuentra por primera vez en más de cuatro años nuevamente bajo el completo control de las tropas gubernamentales.
Los últimos combatientes y civiles que quedaban en los barrios insurgentes de Alepo, en el norte de Siria, salieron de la ciudad anoche en medio de un gélido clima invernal, según informan varios medios leales al régimen de Damasco y el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
En la retransmisión en directo del canal Al Mayadeen, leal al régimen, se escucharon disparos de júbilo.
Para el presidente sirio Bashar Assad y sus aliados la victoria en Alepo constituye un importante triunfo en el marco de la guerra civil que se extiende desde hace casi seis años. De esta manera, controlan nuevamente todas las grandes ciudades del país. La otrora importante metrópoli comercial de Alepo, importante estratégica y simbólicamente, fue una de las que registraron más intensos combates durante el conflicto.
El Ejército sirio comunicó que con este éxito se logró un estratégico punto de inflexión en la «guerra contra el terrorismo». Assad explicó previamente que la victoria de las tropas del Gobierno sirio en la ciudad de Alepo, en el norte del país, es también la de todos los que apoyan la «lucha contra el terrorismo», mencionando explícitamente a sus estrechos aliados Rusia e Irán.
Rusia e Irán apoyan militarmente al Gobierno de Damasco, Moscú con operaciones aéreas contra rebeldes y Teherán financiando a las milicias chiitas que luchan con los soldados de Al Assad.
Según Naciones Unidas, desde el inicio de la evacuación del este de Alepo hace una semana al menos 35 mil personas abandonaron el este de Alepo.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que suele contar con buenas fuentes, habla sin embargo de máximo 27.000 personas, entre ellas 7.000 combatientes insurgentes. Han sido llevados a territorios bajo control insurgente al suroeste de Alepo. Allí fueron albergados de momento en tiendas, escuelas o mezquitas.
A cambio de la evacuación del este de Alepo, unos 1.000 civiles pudieron salir de las localidades sitiadas por rebeldes de Fua y Kafraya, de mayoría chiita, en el noroeste del país. De esta manera se cumple una exigencia de las milicias chiitas.
El fin de los combates en Alepo no pone sin embargo punto final a la guerra civil en Siria. El país está dividido en territorios que controla en Gobierno de Damasco, los kurdos, varios insurgentes y la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Las tropas turcas y sus milicias aliadas también están librando duros combates contra el EI y los kurdos. Una alianza liderada por Estados Unidos bombardea posiciones de los extremistas.
En las últimas semanas el Ejército sirio y sus aliados tomaron la mayor parte de los barrios de Alepo que estaban bajo control de las milicias opositoras.
El Gobierno y los insurgentes acordaron posteriormente una retirada de los combatientes y civiles de los últimos bastiones rebeldes, una evacuación que se vio suspendida en varias ocasiones por las diferencias entre las partes.
Muchas personas debieron esperar transporte durante días enteros enfrentando temperaturas heladas. Algunos estuvieron más de 36 horas en buses. Debido a un bloqueo de meses por parte de las tropas gubernamentales, la situación humanitaria en el este de Alepo fue considerada catastrófica. Grandes partes del territorio fueron destruidas por los ataques aéreos y los combates durante años.
Mientras tanto, al menos 47 civiles murieron en ataques lanzados por la Fuerza Aérea de Turquía contra la localidad de Al Bab, en el norte de Siria, controlada por la milicia terrorista Estado Islámico, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Y al menos 16 soldados turcos y 200 milicianos de EI perdieron la vida en los combates más duros hasta el momento entre ambos bandos en el norte de Siria, reportó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Ankara.
Según la agencia de noticias Anadolu, más de 30 soldados resultaron también heridos. La agencia Amaq, portavoz del EI, informó que el Ejército turco había sufrido fuertes pérdidas.
Desde el inicio de la operación turca en Siria han muerto 37 soldados turcos, según cifras oficiales. Turquía y sus aliados consiguieron expulsar al EI de la frontera entre Siria y Turquía en el marco de la operación «Escudo del Éufrates».
El próximo objetivo es, según datos turcos, tomar Al Bab, que hasta ahora sigue en manos del EI.
Turquía combate en el norte de Siria al EI, pero también a las milicias kurdas YPG, aliada del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) turco.