Washington/Brasilia
DPA
La compañía brasileña Odebrecht, una de las grandes constructoras de América Latina, pagó sobornos millonarios para firmar contratos en 12 países desde el año 2001, según revelaciones publicadas ayer por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Las informaciones, relacionadas con la investigación anticorrupción brasileña conocida como «Lava Jato», señalan que Odebrecht desembolsó un total de 788 millones de dólares a través un refinado «sistema de pago de sobornos» que funcionaba en parte en Estados Unidos, y en el que participaba también la petroquímica brasileña Braskem.
Los sobornos para obtener contratos en relación con «más de 100 proyectos» se pagaron en Argentina, Colombia, México, Panamá, Venezuela, Perú, Guatemala, Ecuador, República Dominicana y en el propio Brasil, según detalles de las investigaciones publicados por el diario «Folha de Sao Paulo».
Además de esos países latinoamericanos, también se menciona a Angola y Mozambique, en África, como lugares en los que Odebrecht hizo pagos ilícitos para obtener contratos.
El comunicado del Departamento de Justicia norteamericano también implica directamente a Braskem en la trama de sobornos. La compañía petroquímica pagó aproximadanente 250 millones de dólares entre 2006 y 2014 a través del «sistema de pago de sobornos fuera de contabilidad» de Odebrecht, según el texto.
“Odebrecht y Braskem usaban una unidad de negocios secreta, pero completamente operativa de Odebrecht, un ‘Departamento de sobornos’, por llamarlo así», dijo Sung-Hee Suh, de la División Criminal del Departamento de Justicia norteamericano.
Las revelaciones están vinculadas con la autoinculpación de ambas empresas ante la Justicia estadounidense para resolver el caso con el pago de una multa, en una resolución que la parte norteamericana calificó como «la mayor de su historia» en un caso de sobornos que implique a firmas extranjeras.
En total, ambas compañías brasileñas pagarán una multa de al menos 3 mil 500 millones de dólares, según el comunicado.
Odebrecht es la empresa más implicada en el escándalo de corrupción en torno a Petrobras, en una investigación que es considerada como la más grande de la historia brasileña.
«Lava Jato» investiga a decenas de empresarios y políticos por la presunta existencia de una red corrupta para repartir los suculentos contratos con Petrobras a cambio del pago de sobornos que otras empresas, como Odebrecht, hacían sobre todo a políticos brasileños.
Entre los acusados está el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, así como numerosos miembros de su formación política, el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT). Pero también el conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del actual presidente Michel Temer, está bajo investigación.