La lucha contra la impunidad en Guatemala se inició contra las CICIACS, lo que generó la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG. Pero para entender la lucha contra la impunidad es necesario que se comprenda la Justicia como sector.

A finales de la primera década de los dos mil, el Ministerio Público estaba tomado. Recordamos que se tuvieron que denunciar los procedimientos oscuros en la selección de Fiscal General. El trabajo de CICIG se concentró en aquella época en el rescate de la institución y con ello se ha logrado obtener los avances que a la fecha se conocen.

Pero también se tiene que mencionar que casi obligado por la amenaza que representaba su gente, Jimmy Morales nombró a Francisco Rivas como Ministro de Gobernación y eso le vino a dar una coyuntura especial por la confianza e identificación entre la cartera del Interior, Ministerio Público y CICIG. Por supuesto, todos hemos escuchado de lo incómodo que resulta para los grupos de poder de Morales el tener a un ministro de “afuera” haciendo este trabajo y empujan para retirarlo con la intención de colocar a un alfil que les ayude a fortalecer el pacto de impunidad.

Por otro lado, está el sistema de administración de Justicia. No podrá afianzarse la lucha contra la impunidad mientras los fallos terminen siendo administrados por aquellos magistrados que son producto de la negociación de los poderes ocultos.

Blanca Stalling, utilizando a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Patricia Valdés, se ha erigido como la principal garante de que la impunidad vencerá dentro del sistema de Justicia.

Tenemos que recordar que Stalling está vinculada consanguíneamente y por afinidad con acusados de serios hechos de corrupción administrativa y judicial. La familia Stalling está plenamente representada en los escándalos que el MP y la CICIG están persiguiendo y es ilógico que la matriarca de la familia siga siendo quien dirige los hilos desde la Corte Suprema de Justicia.

Ha llegado la hora de un nuevo “round” en la pelea contra la impunidad y debe ser concentrada en la administración de la Justicia. Mientras tengamos que seguir dependiendo de que un juzgador tenga la voluntad y valentía de enfrentarse a todo el sistema, será arar en el mar porque al final del día las cámaras y el mismo pleno de la Corte Suprema de Justicia con esa mayoría cómplice del pacto de impunidad, nos mantendrán de rodillas.

Es fundamental estar atentos a que se mantenga la presión para apoyar al ministro Rivas y se señale con energía la trama de Stalling y Valdés para garantizar la impunidad.

Artículo anteriorPrimeros pasos por negocio del Transurbano
Artículo siguienteEmbarazo ocasiona cambios en el cerebro de la mujer