Luis Fernández Molina

Termina el año y con ello se cierra la colecta de todo aquello que pudimos espigar en los doce meses. Como seres humanos vivimos recogiendo lo que la vida nos presenta. Doce meses que nos han dado la oportunidad de aprender y crecer; 365 días de luz y sol en que pudimos amar y de enriquecer nuestra experiencia humana.

Cosechas hay de dinero y de bienes materiales. Cosechas hay de cariños y amistades. Cosechas hay de conocimientos y vivencias. Cosechas hay de obras de arte, de películas y de viajes. También incluyo la colecta de chispazos de la imaginación, de aquellos productos del ingenio humano, de la agudeza. Me refiero a frases, ideas cortas, refranes que he tenido la oportunidad de leer en este año. Son frases que me encuentro en el camino que anduve este año y que apunto en un cuaderno cada vez que aparecen. Son como pepitas de oro que yacían en el lecho del río y que brillaron en el momento que pasaba. Las recogí y almacené en ese cuaderno. No son nuevas. ¡Qué va! Muchas son frases viejas, pero no había tenido la suerte de encontrarme con ellas. Para algunos lectores son frases conocidas, para mí fueron sorpresas que incorporé a mi canasto de este año,

Empiezo con la que anoté de último, la que acaba de decir el Papa Francisco en sus 80 años «la vejez es sed de sabiduría». Cuán cierto. Son esas etapas de la vida ya que se han acumulado muchos conocimientos y llega el momento de poner en orden las ideas y tratar de entender el fondo de todo. Eso es sabiduría. Dios te dé sabiduría que lo demás vendrá por añadidura. En ese mismo contexto adiciono la frase de Tesla: «La vida es una ecuación que nunca vamos a entender pero sí hay algunos factores que sí podemos conocer». Tan cierto. Jamás vamos a comprender el misterio de la vida y el movimiento de sus engranajes aunque sí podemos descifrar algunas conductas y sus inevitables consecuencias. Y, hablando de lo arcano de la vida apareció la frase: «No soy lo suficientemente joven para creer que lo sé todo». Proviene de un personaje genial aunque de conducta cuestionable (aunque en sus últimos días se arrepintió y convirtió), Oscar Wilde. Retrata brillantemente esa actitud de los jóvenes que pretenden conocer los delgados hilos de la existencia pero, conforme avanzan los años, se percatan de tan fútil pretensión.

Adiciono otras frases que por espacio no gloso. «En el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad.» Graham Green. «Tenemos un deseo: morir y una esperanza: seguir vivos.» Alfonsina Storni. «Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista; esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón.» J. L. Borges. «En este libro no hay verdades absolutas» Charles Darwin (respecto a su famosísimo libro). «He perdido mi gota de rocío, dice la flor al cielo del amanecer que ha perdido todas sus estrellas.» Tagore.

Concluyo con la anécdota del niño que sale en procesión rogativa pidiendo que llueva y lleva un paraguas y el impactante poema de Miguel Hernández (el de «Llegó con tres heridas»), gran poeta de la época de la guerra civil española, cuyo hijito de meses murió de hambre: «Se vende su ropita, casi nueva y su cuna sin usar». ¡Tremendo!

La mayoría de las frases que colecciono son atemporales e impersonales, no así la última: «nos confirmó Castro que el socialismo es el camino más largo y doloroso que conduce del capitalismo al capitalismo.»

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