Yokohama
DPA
Con el suspense, el sufrimiento y la dificultad que lo acompañaron todo el año, el Real Madrid cerró ayer un 2016 casi perfecto al conquistar su segundo Mundial de Clubes tras imponerse en la prórroga 4-2 al combativo Kashima Antlers japonés con un triplete del portugués Cristiano Ronaldo.
Como ya había sucedido en la final de la Liga de Campeones europea en Milán y en la Supercopa de Europa, sus otros dos títulos del año, los blancos necesitaron del tiempo extra y de un destello individual para sumar a las tres Copas Intercontinentales que ya lucían en sus vitrinas su segundo cetro mundial.
En el Estadio Internacional de Yokohama, Cristiano Ronaldo asumió el protagonismo que en las citas anteriores había tenido Sergio Ramos y, con dos goles en la primera parte de la prórroga, deshizo el 2-2 con el que concluyeron los 90 minutos del reñido choque.
El 7 blanco, que ya había marcado de penal en el 60′, enmendó así su errática actuación durante el encuentro y acabó poniendo en valor el gran desempeño del francés Karim Benzema, autor del primer gol de los dirigidos por Zinedine Zidane (9′) y de las jugadas más brillantes del duelo, varias asistencias entre ellas.
Por parte del Kashima, los honores correspondieron a Gaku Shibasaki, su bigoleador (44′ y 52′).
«Es impresionante, ha sido año de ensueño, ganar la final y hacer tres goles; estoy muy contento», afirmó Cristiano Ronaldo tras rubricar su «hat-trick» ante el Kashima.
El pasado martes, el crack portugués había recibido de «France Football» el cuarto Balón de Oro de su prolífica carrera. El trofeo concedido por la revista gala fue el premio a un año en el que Cristiano Ronaldo se proclamó campeón de Europa con el Real Madrid y también con su selección, en la Eurocopa de Francia 2016.
«Las estadísticas no engañan, estoy muy contento, he hecho una temporada espectacular», se reivindicó sin ningún tipo de modestia la estrella de un Real Madrid que sufrió mucho más de lo previsto y que, durante varias fases del choque, estuvo a merced del conjunto japonés.
El costarricense Keylor Navas en unas ocasiones y la falta de puntería, en otras, evitaron, sin embargo, que el Kashima diera la sorpresa y, tras eliminar al Nacional colombiano en las semifinales, se llevara por primera vez en la historia del fútbol asiático un trofeo que acarició.
A las órdenes del técnico francés, el Real Madrid conquistó tres títulos internacionales, dejó escapar la Liga española y encadenó 37 partidos invicto, récord histórico del club.
«Me alegro por el trabajo bien hecho de todos, no es fácil hacer lo que estamos haciendo. Para conseguir todo esto, hay que sufrir, y lo hemos hecho. Este equipo nunca se rinde», destacó Zidane, el primero en lograr un Mundial de Clubes como jugador y entrenador.
Él mejor que nadie sabía lo mucho que sufrió su equipo para conquistar el «pentacampeonato». Sorprendidos por el aguante y el buen hacer de los nipones, los blancos necesitaron del tiempo extra para que la calidad individual de sus jugadores acabara plasmando su evidente superioridad.
El marcador final nada dijo de lo que sucedió antes de que se llegara a la prórroga, un choque mucho más competido de lo esperado.