Grupo Mantua
Aporte

El Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala y el Grupo Mantua, se reunieron con el doctor José Ramiro Cruz, un guatemalteco que ha destacado en salud pública a nivel latinoamericano, que se ha dedicado en los últimos años, como asesor en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en los problemas de los bancos sanguíneos y transfusionales, por lo que se realizó una entrevista con el médico para saber la situación actual en el país.

¿CUÁLES SON LOS PROBLEMAS DE LOS BANCOS DE SANGRE EN GUATEMALA?

Los bancos de sangre contribuyen drásticamente a la baja disponibilidad de sangre en el país y esta baja disponibilidad, el bajo acceso de los pacientes a la sangre para transfusiones, no solo en un hospital o un sector en particular, sino en general, colectan muy poca sangre y además de eso por el limitado acceso de los pacientes, descartan mucha sangre que se colecta. Desafortunadamente Guatemala tiene la tasa de donación más baja de Latinoamérica. Por otro lado tiene una de las tasas más altas de descarte ya que el 25 por ciento de la sangre que se colecta, se descarta, o es por vencimiento o porque representa un riesgo de infecciones para los pacientes.

¿CUÁLES SON LOS FACTORES QUE CONTRIBUYEN A ESTE PROBLEMA EN GUATEMALA?

Son mucho los factores, como la ausencia total de donación voluntaria, altruista. Los hospitales también, de todos los sectores: privado, seguro social y público tienden a exigirle a los pacientes o sus familiares que lleven donadores de sangre, entonces cuando las personas se acercan a donar sangre, a los que les permiten donar sangre, porque hay unos criterios que desafortunadamente no son apropiados para diferir. Es decir, usted como paciente no le permiten donar sangre, las personas que pueden donar sangre, lo hacen para un paciente en particular, entonces la sangre se deposita para un paciente específico que ahora puede ser ingresado al hospital para el tratamiento específico, médico o quirúrgico. Y esto hace entonces que la donación de sangre de forma voluntaria y altruista promueve el establecimiento de procesos que limitan ese acceso y también contribuye a la alta tasa de prevalencia de marcadores de infecciones como VIH, hepatitis C, sífilis y enfermedad de chagas y el problema es que no hay tantos recursos en los hospitales que estén capacitados, que tengan la responsabilidad específica de educar a los donantes, de recibirlos y de darles un servicio como ellos se merecen. Los donantes llegan a hacer filas a las 4 ó 5 de la mañana y se les pide que lleguen en ayunas, que sean menores de 50 años; todas esas son limitantes para la donación voluntaria altruista y esto resulta en baja disponibilidad de sangre, bajo acceso y alto descarte de la misma.

¿CÓMO PODEMOS RESOLVER ESTE PROBLEMA EN NUESTRO PAÍS?

Es una pregunta muy interesante porque Nicaragua, un país vecino con menos recursos económicos que Guatemala logró eliminar la donación de reposición y mejorar el uso de sangre, la disponibilidad y la seguridad con tres medidas básicas: Quitarles a los hospitales la responsabilidad de colectar sangre; tener centros especializados que producen hemocomponentes que son medicamentos. Uno no puede tener en un país como Guatemala 67 fábricas de un medicamento de diferentes calidades, en los diferentes municipios o departamentos del país; con dos o máximo tres centros, uno por sector; seguro social, sector público y sector privado, pueden solucionar los problemas de acceso, disponibilidad y uso de sangre en todo el país; y por último, para eso se necesita primero, hacer una estimación de las necesidades de sangre. Eso a la vez requiere evaluar la práctica clínica en cada hospital y que los mismos médicos de cada nosocomio se pongan de acuerdo en cuales van a ser los procedimientos y las guías, entonces se puede traer a un número de donantes que se van a aplicar para el uso de la sangre: Una vez conocidas las necesidades en todos los hospitales, se puede estimar las necesidades de sangre en todo el país y entonces se puede traer al número de donantes voluntarios que sea necesario,70 mil Unidades que supuestamente se transfundieron. Esperamos que hayan sido transfusiones adecuadamente usadas; pero si se recolectaron 70 mil unidades, eso es limitado porque en realidad se necesitan 150 mil; con 75 mil donantes voluntarios altruistas, donando 2 veces al año, llenamos todos las necesidades de transfusiones de Guatemala. Si se hace un programa de recolección y distribución de sangre, a la vez que se establecen protocolos clínicos con los que puede establecerse las verdaderas necesidades, como se usa la sangre y cuál es el estado de salud de los mismos. Esas son las medidas que hay que tomar; estimar las necesidades, tener protocolos clínicos de transfusión, necesidades de educación en bancos de sangre y reclutamiento de donantes voluntarios que donen 2 veces al año. Darles servicio en los lugares donde ellos estudian o donde ellos trabajan, donde ellos se reúnen socialmente o donde ellos viven para recolectar la sangre en esos lugares. Hacer una vigilancia muy cercana de lo que sucede con la sangre de acuerdo al marco legal de Guatemala. Como este es un bien público, debe prohibirse la comercialización de la sangre y de cualquier producto derivado de la misma. Entonces, podemos tener un sistema eficiente de transfusiones sanguíneas, bien recolectadas, bien estudiadas, bien distribuidas y bien utilizadas.

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