Si usted es de aquellos que manifestó su malestar durante las jornadas del 2015 y con toda razón pidió que los corruptos fueran procesados y que se largaran del ejercicio público, debe estar terriblemente frustrado al ver que se han perfeccionado las mañas, fortalecido las mafias y desenmascarado quienes firman los pactos de impunidad. Por ello le preguntamos ¿Está harto?
Porque no debe ser gracia que veamos que Jimmy Morales y Jafeth Cabrera han sido capaces hasta de hacernos olvidar por momentos al Partido Patriota. Que siguen con pilares en su gabinete que deberían sufrir toda la condena social como los ministros de Cultura, Relaciones Exteriores y Defensa.
Se nos olvida que el Congreso debería ser el reflejo político de la sociedad y el mismo ciudadano votó para que fuera peor que el pasado. ¿Quién no quisiera que Fajardo, Ovalle, Melgar Padilla, Giordano y todos los antejuiciados pudieran ser simplemente investigados por sus actos de corrupción? ¿No le harta a usted la impotencia de verlos tan campantes?
Y ahora tenemos la oportunidad de atestiguar cómo es que los grupos paralelos utilizan a un Presidente que tiene doble discurso y bloquearán las reformas al Sector Justicia no porque tengan una propuesta mejor, sino que simplemente porque la impunidad es su método y necesitan fortalecerla.
Verán cómo es que la bancada oficial unida con todos los poderes oscuros del pleno del Congreso, cumplirán con lo que Morales planifica a puerta cerrada para traicionar todo lo que plantea de manera pública.
Y qué podemos decir de una Corte Suprema de Justicia que ya demostró que está bajo el control absoluto de Blanca Stalling, madre, cuñada y tía de acusados por corrupción con evidencias contundentes, pero que sigue descaradamente siendo la magistrada que puso de fachada a Patricia Valdez.
La realidad que ahora vivimos muestra que a quienes manifestamos el año pasado y pedimos un cambio de sistema, parece que nos ha salido peor la receta. El lunes plantean un terrible desafío contra la modernización del sistema de justicia.
Lo único que nos queda es asistir, como ciudadanos y parte interesada, a manifestar contra los diputados con un llamado a la depuración de quienes han sido desafiantes para volver a secuestrar la institucionalidad del país.
Solo con la presión social, estos “servidores” dejarán de utilizar el poder para el bien de las mafias y entenderán que hay a quién rendirle cuentas. No dejemos tirados todos los avances en la lucha contra la impunidad y la corrupción. Es el momento de demostrar que la sociedad existe, exige y manda.