Londres
DPA

La primera ministra británica, Theresa May, reaccionó hoy visiblemente irritada a la sugerencia realizada por el presidente electo estadounidense Donald Trump, que propuso al líder del partido ultraderechista UKIP, Nigel Farage, como futuro embajador del Reino Unido en Estados Unidos.

«Ese puesto no está vacante. Ya tenemos un excelente embajador en Estados Unidos», dijo May. Sin embargo Farage sigue presionando por el puesto.

Trump hizo la propuesta en Twitter, donde aseguró que Farage haría un trabajo fantástico.

No es usual que se hagan este tipo de ofertas, ya que cada país suele designar a su representante fuera y además, el cargo propuesto ya está ocupado.

Sin embargo, Farage subrayó su lealtad a Trump, en comparación con demasiados políticos de primera fila británicos que tan solo han atemperado sus críticas al presidente electo tras su sorpresiva victoria, lo que en su opinión lo convierte a él en el candidato ideal para el puesto.

Después de que Trump tuitease que su aliado «haría un trabajo fantástico», Farage aseguró que «la revolución política de 2016», desatada por su exitosa campaña para el «Brexit», requiere un nuevo orden en Reino Unido y que la primera ministra lo está bloqueando.

En un intento de reforzar su posición, Farage publica hoy un artículo en la web de noticias ultraderechista «Breitbart», de la que era director ejecutivo Stephen Bannon, hoy mano derecha Trump y una de sus elecciones más cuestionadas para la nueva administración.

Farage señala en el artículo que hará todo lo posible para ayudar al «interés nacional» y para contribuir a «cimentar los lazos con la futura administración anglófila».

Criticó además a «esos que han sido abiertamente insultantes con Trump y ahora pretenden ser sus amigos».

Farage bromeó durante la campaña electoral de Trump al señalar que quería un puesto en su administración.

El británico fue el primer político extranjero que Trump recibió en su rascacielos en Nueva York.

El propio Trump calificó la sorpresiva victoria del «Brexit» en el referéndum de junio como un acicate para su propia carrera hacia el Despacho Oval.

Tras la primera llamada telefónica de May con el presidente electo, un portavoz de la primera ministra señaló que ambos abogaron por seguir manteniendo una relación cercana similar a la de Ronald Reagan y Margaret Thatcher y que en ningún momento se mencionó a Farage.

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