Lastimosamente, en Guatemala hablar de proyectos en los que de cualquier manera tiene algo que ver la administración pública, termina siendo motivo de escándalo por la brutal corrupción que los marca.
Todos sabemos que se privatizó el mantenimiento de carreteras, la capacidad de otorgar créditos al Estado, Guatel y la Empresa Eléctrica, así como Aviateca, y que la forma de concesión de las bandas de celulares, la creación de “patronatos” de salud, etc., negocios que en nombre de la “modernización” del Estado han terminado en ser perpetua transa con la que políticos se han vuelto millonarios con la ayuda de los cómplices empresariales que han participado con ellos.
Ahora, Jimmy Morales es el principal impulsor del negocio que ya tiene en la cárcel a varios personajes y lo está haciendo por medio de otra forma incorrecta de hacer el negocio: Una asignación directa a APM Terminals que, valga decirlo, nunca desistió de impugnar la acción de nulidad obtenida a cambio de la mordida.
¿Dentro de cuántas semanas o meses empezará a salir la fotografía de esos ministros y hasta del actual presidente por los vínculos con negocios oscuros como sucede ahora con funcionarios de la época del Patriota y de la UNE?
Lo que sí sabemos es que pareciera que quien le dio salida a Melgar Padilla con una chamarra protectora como el antejuicio del Congreso, el mismo que cierra la Casa Presidencial para que no se conozca con quienes se reúnen él y Sammy, está jugando con fuego con este tema.
Por otro lado, está el tal “AeroMetro”, proyecto o negocio con el que la Municipalidad de Guatemala y Álvaro Arzú le suman a la lista de otras transas como el Transurbano, la venta de Guatel, los trabajos del Campo de Marte, etc.
Ejemplos de lo que algunos se benefician por la forma en que la CICIG y el Ministerio Público están trabajando en Guatemala ya que debería haber sido el primero en ser investigados por el autoritario y descarado manejo que han hecho de los recursos del Estado para el beneficio personal y de sus allegados.
Por supuesto que ambos personajes, Morales y Arzú, quienes se llenan de halagos uno al otro, porque tal vez se identifican en el descaro y la ignorancia, van a usar la misma chamarra para ver cómo se tapan con la impunidad en estos nuevos “proyectos”. Igual que antes, es obligación de la sociedad mantenerse atenta y seguir presionando. ¿Será que APM siente certeza de hacer un negocio así? ¿Están seguros que no se caerá en el futuro?