Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com

En el transcurso de mi infancia y sobre todo en la adolescencia nunca imagine que el ritmo de vida de los ciudadanos de la Guatemala de los años 80 y 90 fuera a cambiar drásticamente con el auge de la globalización.

Hoy llama poderosamente la atención la rapidez con que se van acelerando las diferentes etapas del año, las estrategias de quienes poseen el control tanto económico como político van marcando la pauta; es decir, a nivel de mercadotecnia llevamos un calendario acelerado que contraste en parte con el clima.

Podemos utilizar como referente, los catálogos de ofertas de las cientos de empresas de diversa índole, donde especialmente se evidencia a todas luces el artificial cambio de temporada; es decir, provocada por la inercia del mercado en aras de acapararse de nuestros ingresos en una primera etapa psicológicamente y posteriormente la concreción material (adquisición del bien o servicio).

Cada etapa del año tiene su esencia, su naturaleza, sus características; lo negativo a mi criterio radica en la manipulación mediática que ocurre entre el potencial comprador y el mercado. Ofrecen ropa de invierno en verano.

Hasta la iglesia Católica ha caído en este ritmo acelerado de consumo desmedido y anticipado con la venta de turnos procesionales, no vaya a ser que alguna empresa conquiste al fiel cucurucho y este se gaste lo del turno en otro producto o servicio.

En el tema político ocurre una similar estrategia de manipulación hacia el consumidor electoral, hago la salvedad que algunos actores del sistema político guatemalteco e internacional también andan venadeando nuestros votos para las próximas elecciones generales que se llevaran a cabo en un santiamén en nuestro país.

Finalmente podemos afirmar que tanto la mercadotecnia como la política están al acecho de nuestras decisiones, manipulándonos al tope con el único fin de satisfacer su objetivo primordial; el cual radica en adquirir sus productos de manera autómata y sin raciocinio.

No se sorprenda estimado lector (a) si en un mes y medio aproximadamente para el mundo cristiano estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Salvador, y en plazo de cuatro meses ya lo estamos crucificando de nuevo.

Prepárense, que en un abrir y cerrar de ojos será el Día del Cariño y habrán elecciones generales.

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