El Secretario General de la Presidencia entregó en el Congreso el proyecto para la aprobación de la concesión a “dedo” que el gobierno de Jimmy Morales quiere entregar dar a APM Terminals sin los procedimientos que garanticen la transparencia y protejan los intereses del Estado.

TCQ nació sucio, se desarrolló sucio y a la fecha sigue sucio. Habrían pagado 30 millones de dólares de “coima” para obtener un “usufructo oneroso” y los propietarios basaron su negocio en ilícitos por los que ya algunos políticos y funcionarios de aquel entonces están siendo procesados.

Con el servicio que la PGN Anabella Morfín y el interventor Alexander AizenstadtAizenstatd han realizado como eficientes operadores de la portuaria, se perdió la mejor oportunidad de mandar el mensaje de que en Guatemala los piratas no tienen cabida y que, si es necesario, se puede resolver esto judicialmente o en arbitraje local.

Ahora el Secretario secretario Martínez, acompañado de un diputado de la banda oficialista, tan chantajista y obviamente mentirosa como su jefe, sale a decir que si no se aprueba en 40 días el “negocito”, Guatemala corre el riesgo de ser demandada.

Siempre nos hemos opuesto a este negocio e indigna que ahora lo aprovechan en el mercadeo en que se están partiendo la vaca para determinar la nueva junta directiva y con la que quieren incluir el Presupuesto presupuesto junto a un jugoso negocio como el de TCQ.

Y para los que creen que no hay otras opciones más que entregarle la dignidad del país a TCB/APM, les decimos que una licitación internacional abierta para la auditoria auditoría social o la misma operación propia por el Estado sin la participación de los sindicalistas de la portuaria, serían absolutamente viables y rentables.

Ayer el mandatario justificó que su hermano Sammy hiciera gestiones de obras ante sus funcionarios. Hay que recordar que se apunta en las listas de ingreso a los lugares como que llega de la “Presidencia”. No debemos olvidar que sobre el “asesor familiar/gestor de negocios” pesan acusaciones de corrupción.

Desde un inicio Morales fue un defensor oficioso de TCQ y nos debemos preguntar por qué, pues si ya un presidente se jugó todo por ese negocio, es válido hacernos la misma pregunta más cuando todo se centra en una dedicatoria para APM.

No tienen autoridad moral para decirnos cómo manejar un “negocio” producto de la corrupción. La bancada de FCN, llena de tránsfugas , está descalificada para impulsar el sucio proyecto. Quizá ya tienen la plata para conseguir los votos del pleno. Este negocio nos confirma que las cosas no han cambiado en Guatemala.

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