HONG KONG
Agencia DPA
Los manifestantes impedían el paso hoy en importantes avenidas en la zona financiera de Central en la isla de Hong Kong y en la península de Kowloon. El movimiento «Occupy Central» llamó a los habitantes a continuar con las protestas hasta que se cumplan sus demandas.
«Éramos unos cientos, y entonces vimos a miles de personas bloqueando el tráfico en (la autopista) Harcourt Road para unirse a las protestas. Esto fue más allá de nuestra imaginación», dijo el organizador de Occupy Central, Eddie Chung, a dpa.
Los manifestantes exigen la renuncia del administrador de la ciudad, Leung Chun-Ying, y llamaron a los demás funcionarios a «estar del lado de la gente».
Sin embargo, China advirtió hoy a las potencias extranjeras en contra de apoyar las protestas prodemocráticas que desde hace días se desarrollan en Hong Kong, que calificó de «actividades ilegales».
«Esperamos que los países relevantes cuiden sus palabras y acciones, que no interfieran en los asuntos internos de Hong Kong y que no apoyen a Occupy Central y otras actividades ilegales a través de ninguna medida», dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying.
«El gobierno central está firmemente en contra de cualquier actividad ilegal que destruya la ley y la sociedad pacífica en Hong Kong», dijo Hua.
El detonante de las protestas es una reforma electoral en la que China admite en 2017 la elección directa del gobernador, pero con candidatos elegidos por Pekín.
El gobierno chino también expresó su «completa confianza» en que el gobierno de Hong Kong logrará controlar la situación. Medios chinos, como el diario «Global Times», rechazaron comparaciones entre esta protesta y el movimiento democrático duramente reprimido en 1989. «China no es la misma nación que hace 25 años», indicó el periódico.
La ex colonia británica funciona como un territorio autónomo bajo la premisa de «un país, dos sistemas».
En un discurso televisivo, el primer ministro de la metrópolis, Leung Chun-ying, llamó a los siete millones de habitantes a la calma y el orden.
También desmintió los rumores según los cuales había pedido ayuda al Ejército Popular chino. Leung llamó sin éxito a los manifestantes a irse a casa. «No queremos ningún caos en Hong Kong».
A lo largo del lunes fue creciendo el número de manifestantes. Debido a que muchos de ellos portan paraguas para protegerse del gas lacrimógeno y el gas pimienta, pero también del sol, algunos llaman «revolución de los paraguas» al movimiento.
Al parecer para tranquilizar la situación, la policía anunció que retiraba a las fuerzas especiales antidisturbios. Como argumento alegó que los manifestantes se comportaban de manera pacífica. Hacia la noche, la presencia policial se vio fuertemente reducida.
Miles de manifestantes estaban sentados en las calles blandiendo sus teléfonos celulares para crear un mar de luces.
Durante la noche del domingo la policía avanzó en parte de forma violenta con gas lacrimógeno, bastones y sprays de pimienta para tratar de dispersar a los ciudadanos, sin éxito. Al menos 70 personas resultaron heridas desde el viernes. La policía disparó 87 veces gas lacrimógeno.
«No tengo miedo porque Hong Kong cuenta con mucha gente lo suficientemente valiente para defender a la ciudad y nuestra libertad», dijo Andrew Ngang, de 18 años, a dpa. El político opositor Martin Lee señaló en una entrevista con CNN que «todo el mundo puede ver que Hong Kong quiere la democracia». El movimiento es pacífico, pero la gente «quiere luchar y está dispuesta a morir por ello».
Estaban bloqueadas importantes calles de los distritos comerciales de Admiralty, Wan Chai, Causeway Bay o Mong Kok en Kowloon. «Occupy Central se ha transformado en Occupy Hong Kong», dijeron los activistas, que estiman la cifra de participantes en unos 100 mil.
Algunos negocios y restaurantes cerraron, pero por lo demás la actividad comercial no se vio interrumpida. La Bolsa de Hong Kong abrió con normalidad pero sufrió fuertes pérdidas porque los disturbios afectaron la confianza de los inversores.
Como el bloqueo estaba anunciado desde hace meses, los grandes bancos y casas de inversiones habían previsto planes de emergencia y tomado medidas para mantener el servicio. Entre otras cosas se equipó a los empleados para que pudieran trabajar desde sus casas u otros lugares.
Los estudiantes, cuyas protestas al final de una semana de huelga revivieron el movimiento, anunciaron que seguirán sin acudir a clases «por tiempo indeterminado».
Por solidaridad, varias decenas de estudiantes y activistas ocuparon en Taipei, Taiwán, la entrada a la representación de Hong Kong en la isla. «Hoy Hong Kong, mañana Taiwan», gritaban los participantes en alusión al temor en la isla -que tiene un sistema democrático- al avance de China.