Posiblemente uno de los peores daños que nos va dejando una política de abusos y de mal aprovechamiento del poder es que nos deja tan hartos de todo que se abren espacios para las más irresponsables ideas o posturas en cualquier tipo de naciones, independientemente si son desarrolladas o de tercer mundo.
Y el ejemplo lo tenemos tanto en Guatemala como en Estados Unidos. En nuestro país, hace apenas un año, se decidió una elección entre un verdadero desconocedor absoluto de la más mínima política pública y la representante de las peores mañas que pueda haber de abuso de poder, corrupción y saqueo del Estado. Fue así como terminamos con un cómico rodeado de corruptos que no tiene ni idea de qué es una política pública y menos de las grandes necesidades y los tremendos retos que enfrenta el país.
Y lo mismo sucede en Estados Unidos. Un candidato que se ha ganado su prestigio y el derecho a ser considerado para la Presidencia de la potencia más importante del mundo a puro show televisivo (reality show) pero sin presentar el más mínimo programa con la seriedad que demanda ser líder de una potencia.
Resulta que ahora, después de ser confeso abusador sexual de las mujeres, está incitando a que se desconozcan los resultados de la elección del 8 de noviembre (fecha que ni siquiera se le queda) porque considera que si pierde, la única razón sería que le robaron las elecciones.
¿Habrá un irresponsable más grande que este? No ha tomado en consideración que él mismo declaró cómo abusa de cualquier mujer que le llame la atención, que no tenga la más mínima propuesta seria en materia política, sus terribles quiebras económicas o que ni siquiera haya pagado impuestos. Menos el odio a las razas hispana, musulmana y negra. Pocas veces habrá un político que, con tan poco mentalmente, pueda aportar a un país y que con tal irrespeto se refiera a sus ciudadanos. Aunque hay que decir que el efecto de Álvaro Arzú es muy parecido por su incapacidad y la fidelidad de un electorado por ser un “eficiente” hombre de negocios y el del presidente actual que, igual que Trump y Arzú, ve en la prensa la causa de sus problemas.
A los ciudadanos nos urge dignificar la actividad política. Lo realmente ilógico no es que Donald Trump sea como es. Pero debe reconocerse que el problema está en la gente que les da su voto a esos ignorantes porque es ese electorado irresponsable el creador de tamañas aberraciones.