Dr. Luis Fernando Cordón Morales
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Abundan los malos momentos de los funcionarios en sus primeros nueve meses, por lo que resalto, con cierta cronología, aquellos que por pretender ser jocosos resultaron vulgares, penosos o molestos. Inició con el pasaje en donde con gestos obscenos se encasquetó el Vicepresidente de la República con los “participantes” del desfile bufo de la USAC, sin importarle la mirada ciudadana y los focos de los diferentes medios de comunicación. El Presidente de la República ofreciendo mano de obra “barata” guatemalteca para el candidato Trump de EE. UU., en una mala elección de humor negro; así como, el simular marchar en un acto del Ejército; y, bailar al ritmo de punta caribeña en el principal salón del Palacio de la Cultura, Patrimonio Cultural de la Nación. Cabe recordar la ocasión en que se filtraron mensajes entre diputados del Congreso de la República, en donde afloró el vocabulario del diputado Giordano, quien al momento de la explicación pública junto a su jefe de bancada, hicieron gala de soberbia que avivó la molestia de la población.

El pasado jueves 13 de octubre, las autoridades de la SAT, hicieron la primera entrega de declaraciones patrimoniales, en cumplimiento de una obligación legal para ellos; además, de dar los resultados de la recaudación fiscal, evento en el que resaltaron los comentarios chocarreros, el conformismo y la oportunidad de glorificarse para reorientar encabezados de prensa; no obstante, sobran motivos para que se preocupen, dejen la vanidad y se pongan serios como encomendados públicos.

La razón estriba en que el ingreso tributario ordinario en realidad no es alentador porque la institución no es eficiente al recibir ni al controlar el cumplimiento de la obligación tributaria. Muestra de ello es que la brecha fiscal se duplica cuando no realizan cobro judicial por “intervenciones”, por eso pasó de Q110 a Q270 millones en un solo mes. Entonces, si la brecha reportada la sumamos a lo obtenido judicialmente (Q1.5 millardos), el verdadero ingreso ordinario tributario a la fecha está por debajo de la meta en Q1.77 millardos. Ahora, pretender soportar el presupuesto 2017 con un aumento tributario por Q3.5 millardos, de seguir la ineficiencia recaudatoria ordinaria, tendrán que triplicarse los resultados por “intervenciones judiciales”, y esperar a que la FECI los vuelva a salvar con interceptar llamadas que les genere, como mínimo, siete casos con montos similares al de Aceros de Guatemala, de lo contrario, existirá un verdadero problema financiero que comprometerá más deuda pública.

Según institutos de investigación y cámaras empresariales, por contrabando y defraudación aduanera el Estado no percibió Q14 millardos en el 2015 y estiman Q16 millardos para el 2016, reconociendo la SAT una brecha en aduanas de Q1.6 millardos, misma que contrasta enormemente con lo que decomisó por Q2 millones; es decir, que aumentó el ilícito aduanero y que se recuperó pobremente el 0.12% en comparación a la brecha y escandalosamente 0.01% respecto a la proyección de ingresos. Por lo tanto señores, no hay motivos para celebrar ni vanagloriarse, la situación fiscal en Guatemala es seria, sigue en crisis y están obligados a enfrentarla.

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