Por ANDREW SELIGMAN,
CHICAGO
Agencia AP
Javier Báez es todo un espectáculo cada vez que sale al terreno con los Cachorros de Chicago, y los playoffs de Grandes Ligas han sido su plataforma para darse a conocer.
Ya sea conectando un jonrón para ganar un partido o realizando una espectacular jugada defensiva, es difícil no fijarse en el infielder puertorriqueño. Y es uno de los motivos principales para que los Cachorros estén por segundo año consecutivo en la serie de campeonato de la Liga Nacional.
«Tengo una labor que cumplir», dijo Báez. «No me sorprende, sé de lo que soy capaz. Sé de lo que es capaz este equipo. Ahora mismo me estoy divirtiendo y obviamente tratando de ganar».
Chicago llegó a la postemporada como el mejor equipo de las mayores y con la meta de conquistar su primer campeonato desde 1908.
El conjunto dirigido por Joe Maddon eliminó a San Francisco en cuatro partidos en la serie divisional, en buena medida gracias al desempeño de Báez con el bate y defendiendo la segunda base. El sábado ponen en marcha en Wrigley Field la serie de campeonato ante los Dodgers de Los Ángeles, en busca de avanzar a su primera Serie Mundial desde 1945.
En un plantel repleto de estrellas, ninguna ha brillado más que Báez en estos playoffs.
El boricua conectó el jonrón del triunfo ante Johnny Cueto en el octavo inning del primer partido contra los Gigantes, y remolcó la carrera de la victoria en el noveno episodio del cuarto y decisivo encuentro de esa serie.
Con el guante, Báez realizó varias jugadas dignas de enmarcar, ya fuese zambulléndose para atrapar una pelota o sacando de out a jugadores que intentaban robar bases.
Ni siquiera el chicle se salva de las rápidas manos de Báez.
Durante el cuarto partido, el oriundo de Bayamón estaba sentado en el dugout cuando el chicle se le salió de la boca. Antes que cayese al suelo, hizo un malabarismo y logró atraparlo. Baéz señaló a un entrenador antes de volver a meterse el chicle a la boca, y después miró a la cámara y sonrió.
«Vi la cámara», dijo. «No sabía si me habían firmado o no, pero lo atrapé».
Eso no debe sorprender a nadie.
El súper utility de 23 años ha atrapado prácticamente todos los batazos hacia su sector, ya sea en segunda, tercera o el campocorto. Además, bateó .273 con 14 jonrones y 59 remolcadas en 142 partidos.
Además, hizo ajustes en su swing y redujo sus ponches: 108 en 421 turnos al bate, comparado con 95 en 213 turnos en su primera temporada en 2014.
Maddon supo que Báez podría ser especial después de verlo jugar en la liga invernal en Puerto Rico cuando fue contratado hace dos años como manager de los Cachorros.
«Todos hablaban sobre su bate, y de que tenía que mejorar en el plato y ser más selectivo», dijo Maddon. «Pensé, ‘ok, lo entiendo’. Pero me impresionó todo lo demás que hace. A veces nos enfocamos demasiado en los defectos de alguien y no destacamos suficiente sus fortalezas. O sea, sus fortalezas son bastante extraordinarias».
Báez fue seleccionado por los Cachorros con el noveno turno del draft de 2011, y se desarrolló en las menores como torpedero. Pero Chicago también cuenta con uno de los mejores en las mayores en esa posición, Addison Russell, por lo que el puertorriqueño ha sido utilizado en todo el terreno.
Eso podría cambiar en el futuro, dependiendo de las transacciones que los Cachorros realicen al final de esta temporada. Pero, por ahora, Báez sigue jugando donde lo necesiten, y tan bien o mejor que cualquiera.
Defensivamente, Báez probablemente sea el mejor segunda base, campocorto y tercera base del equipo. Y eso es mucho decir, tomando en cuenta que Russell es candidato al Guante de Oro.
«Hay que acostumbrarse a ser flexible, sabiendo que uno no sabe cómo será la alineación, y estar listo para lo que se necesite», dijo Ben Zobrist, otro jugador que ha jugado varias posiciones en su carrera. «Y él ha hecho una tremenda labor este año. Hay días en los que no ha jugado, hay días en los que sí. Y hay días en los que ha entrado a mitad del partido o al final para reforzar la defensa. Sea cual sea el papel que haya tenido, lo ha hecho muy bien, y siempre con una gran actitud».